Columna: LA AGENDA PROGRESISTA DEL DISTRITO FEDERAL 2012, por José Jiménez

LA AGENDA PROGRESISTA DEL DISTRITO FEDERAL 2012
Por José Jiménez

Al momento de dar a conocer el resultado de las encuestas y ubicarlo como el mejor posesionado, Miguel Ángel Mancera en su primer mensaje asumió el compromiso de continuar con la política de los gobiernos de izquierda en la Ciudad de México, señalando también que “la agenda será incluyente”, por lo que agrego “hoy convoco a mis compañeros Alejandra Barrales, Mario Delgado, Marti Batres, Carlos Navarrete, Gerardo Fernández Noroña, Laura Velásquez, Benito Mirón Lince, Joel Ortega y Porfirio Muñoz Ledo y a todos los integrantes de la sociedad a construirla. Es el tiempo de las y los progresistas, de la sociedad civil”.

Así, a partir de esa convocatoria y de las propuestas hasta hoy expuestas en foros y debates, se tienen temas principales, unos de carácter prioritario, propuestas y acciones a la problemática social, económica, política, urbana y cultural del Distrito Federal.

Los grandes apartados temáticos, denominados así en las exposiciones son el de la democracia política, la democracia económica, el desarrollo social, la seguridad pública y la justicia, el derecho a la educación pública, la política cultural, los servicios públicos y el desarrollo urbano.

La democracia ya no solo se define y se toma como el poder del pueblo, se ve también más como una forma de vida con un sentido constante de mejoramiento en base a y con una participación activa en definir los problemas, el discutir por cual sería la forma de su atención y la toma de decisión por una de las formas para dar respuesta a esos problemas.

Efectivamente, se requiere el diseño de la agenda, que sin lugar a dudas deberá ser incluyente, pero además deberá procesarse el ubicar los temas, el realizar diagnósticos objetivos con la debida distancia de preferencias por motivos particulares o sin un conocimiento adecuado, para concluir en el diseño de políticas públicas de respuesta eficaz a la problemática de caso.

Sin duda, la mejor política económica y social de la izquierda es el empleo, el cuidar y mejorar la planta productiva –principalmente de la micro, pequeña y mediana empresa que es la que da el mayor numero de empleo local-, el reconstruir el mercado interno local regional, el dar la atención al campo con el objetivo de ubicarlo como espacio productivo junto a las metas de frenar la expulsión de población, de evitar el cambio brusco y sin planificación de los usos del suelo, de abasto de alimentos y cuidado del medio ambiente en aspectos tan importantes como el agua o la forestación, el crear una fuerte banca de desarrollo económico regional para dar apoyos a las empresas de manera pronta, directa y a costos accesibles, el apoyar formas de desarrollo económico social como el las empresas sociales cooperativas y de propiedad colectiva. Lo anterior se inscribe en el apartado de la democracia económica.

En seguridad pública y justicia se señala la problemática de acciones sociales y de gobierno para prevenir el delito, de acciones de prevención con la presencia de una policía suficiente, capacitada para la situación correspondiente, de recuperar la confianza en los cuerpos policíacos y los procedimientos de justicia así como de sumar el apoyo social a la seguridad pública. El dar una seguridad pública con una presencia cercana y pronta, en dar respuesta a cada y a cualquier situación de inseguridad pública. En los niveles de justicia dar atención y el trato adecuado a las victimas de delitos, a los actores en los delitos, a los delincuentes, el recuperar la confianza social a todas las instituciones de justicia y de principio en la policía de investigación –o judicial como se conocía anteriormente-, al ministerio público y al sistema judicial superior que dicta penas y castigos, el retomar el objetivo de que el sistema peninteciario sea ubicado como un espacio de readaptación social y no de capacitación delincuencial.

Recientemente en un informe de actividades un Jefe Delegacional señalaba la paradoja de tener una ciudad de vanguardia en derechos de tercera generación, así se les clasifica mundialmente, y sin embargo vernos limitados en derechos políticos y sociales ubicándonos en esto en el siglo XIX. Efectivamente se requiere actualizar el status de la ciudad de México, con una reforma orientada a darle el carácter de estado, con su correspondiente constitución y el régimen municipal, además de todas sus otras facultades por efecto.

La educación publica y la cultura para los gobiernos de izquierda son un derecho y obligación en ley proporcionarlos; a ellos para hacerlos efectivos deben orientarse acciones presupuestales o de adecuaciones como es el apoyo a los estudiantes -niños o jóvenes o adultos- ya que son materia primera y motivo; para mejorarlos cada vez más en calidad o ante nuevos retos, ampliar su capacidad de atención y su espacio de actuación.

Los servicios públicos son rasgo distintivo en la ciudad. La vivienda, el agua, el drenaje, la recolección de basura, la salud, la electricidad, el transporte, el esparcimiento, los espacios públicos a disfrutar por todos, el turismo, el cuidado ante riesgos naturales o de efecto, son aspectos ante los cuales deberá definirse políticas públicas que consoliden lo hecho pero que atiendan también lo pendiente.

Deberá tenerse presente que en esta ocasión el candidato no será solo de una expresión o partido político de izquierda, sino de las izquierdas, por lo que se requiere ubicarse en el sentido de construir una agenda como proyecto político de las izquierdas en el Distrito Federal, capital nacional y corazón político del país.

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