Raúl Castro: “Las medidas que estamos aplicando están dirigidas a preservar el socialismo”

Raúl Castro: “Las medidas que estamos aplicando están dirigidas a

preservar el socialismo”

Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los

Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, en la Asamblea Nacional, el

18 de diciembre de 2010

Compañeras y compañeros:

Llevamos varios días reunidos debatiendo asuntos trascendentales para

el futuro de la nación. En esta oportunidad, además del habitual

trabajo en comisiones, los diputados han sesionado en plenaria, con el

propósito de analizar los detalles de la situación económica actual,

así como las propuestas del presupuesto y el plan de la economía

para el año 2011.

También los diputados han dedicado largas horas a valorar a

profundidad y esclarecer dudas e inquietudes acerca del Proyecto de

Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Nuestros medios de difusión han publicado con amplitud el desarrollo

de estos debates, para facilitar la información de la población.

A pesar de la incidencia en la economía nacional de los efectos de la

crisis mundial, el irregular comportamiento de las lluvias durante 19

meses, desde noviembre de 2008 hasta junio del actual año, y sin

excluir errores propios, puedo afirmar que el plan del 2010 ha tenido

un desempeño aceptable para los tiempos que vivimos. Se alcanzará la

meta de crecimiento de 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto, más

conocido por sus siglas P.I.B; se elevaron las exportaciones de

mercancías y servicios, sin concluir el año ya se alcanzó la cifra

prevista de visitantes extranjeros, aunque nuevamente se incumplirán

los ingresos, se consolida el equilibrio financiero interno y, por vez

primera en varios años, comienza a apreciarse una dinámica favorable,

todavía limitada, en la productividad del trabajo en comparación con

el salario medio.

Continúan disminuyendo las retenciones de transferencias al exterior,

o lo que es lo mismo, las limitaciones que nos vimos obligados a

imponer a finales del año 2008 en los pagos desde los bancos cubanos a

los suministradores extranjeros, las cuales serán suprimidas

totalmente el próximo año y, al propio tiempo, se han logrado

significativos avances en la renegociación de la deuda con nuestros

principales acreedores.

Nuevamente deseo agradecer la confianza y comprensión de nuestros

socios comerciales y financieros, a quienes ratifico el más firme

propósito de honrar puntualmente los compromisos contraídos. El

Gobierno ha impartido instrucciones precisas de no asumir nuevas

deudas sin la seguridad de cumplimentar su pago en los plazos pactados.

Como fue explicado por el Vicepresidente del Gobierno y Ministro de

Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, el plan del próximo

año prevé un crecimiento del P.I.B del 3.1%, que deberá alcanzarse en

medio de un escenario no menos complejo y tenso.

El año 2011 es el primero de los cinco incluidos en la proyección a

mediano plazo de nuestra economía, período en el que, de manera

gradual y progresiva, se irán introduciendo cambios estructurales y de

conceptos en el modelo económico cubano.

Durante el próximo año proseguiremos de manera decidida en la

reducción de los gastos superfluos, promoviendo el ahorro de todo tipo

de recursos, el cual, como hemos dicho en varias ocasiones, constituye

la fuente de ingresos más rápida y segura a nuestra disposición.

Igualmente haremos, sin descuidar en lo más mínimo, sino elevando la

calidad de los programas sociales en las esferas de la salud, la

educación, la cultura y el deporte, en las cuales se han identificado

enormes reservas de eficiencia en el uso más racional de la

infraestructura existente. También incrementaremos las exportaciones

de bienes y servicios, al tiempo que continuaremos concentrando las

inversiones en aquellas actividades de más rápida recuperación.

En materia del plan y el presupuesto, hemos insistido en que tiene que

acabarse la historia repetida de los incumplimientos y los sobregiros.

El plan y el presupuesto son sagrados, repito, desde ahora el plan y

el presupuesto son sagrados y se elaboran para ser cumplidos, no para

conformarnos con justificaciones de cualquier tipo y hasta con

imprecisiones y mentiras, intencionadas o no, cuando no se logran las

metas trazadas.

A veces algunos compañeros, sin un propósito fraudulento, aportan

informaciones inexactas de sus subordinados sin haberlas comprobado y

caen en la mentira inconcientemente, pero esos datos falsos nos pueden

conducir a decisiones erradas con mayor o menor repercusión en la

nación. Quien así actúa, también miente y sea quien sea, debe ser

demovido definitiva y no temporalmente del cargo que ocupa y, después

del análisis de los organismos correspondientes, también separado de

las filas del Partido si milita en él.

La mentira y sus nocivos efectos han acompañado a los hombres desde

que aprendimos a hablar en épocas remotas, motivando la repulsa de la

sociedad. Recordemos que en los diez mandamientos bíblicos, el número

ocho dispone: “No darás falso testimonio ni mentirás”. Igualmente en

los tres principios éticos morales fundamentales de la civilización

inca se establecía: no mentir, no robar, no ser holgazán.

Hay que luchar para desterrar definitivamente la mentira y el engaño

de la conducta de los cuadros, de cualquier nivel. No por gusto el

compañero Fidel en su brillante definición del concepto Revolución,

entre otros criterios, señaló: “No mentir jamás ni violar principios éticos”.

Tras la publicación el pasado 9 de noviembre del Proyecto de

Lineamientos de la Política Económica y Social, el tren del VI

Congreso del Partido está en marcha, ya que el verdadero congreso será

la discusión abierta y franca con los militantes y todo el pueblo de

sus enunciados, lo que en un genuino ejercicio democrático, permitirá

enriquecerlos, al tiempo que, sin excluir opiniones divergentes,

logremos la conformación de un consenso nacional acerca de la

necesidad y urgencia de introducir cambios estratégicos en el

funcionamiento de la economía, con el propósito de hacer sustentable e

irreversible el Socialismo en Cuba.

No hay que temerle a las discrepancias de criterios y esta

orientación, que no es nueva, no debe interpretarse como circunscrita

al debate sobre los Lineamientos; las diferencias de opiniones,

expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y forma, o sea, en el

lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, siempre

serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la simulación y el

oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie.

Mientras más ideas seamos capaces de provocar en el análisis de un

problema, más cerca estaremos de su solución apropiada.

La Comisión de Política Económica del Partido y los 11 grupos que la

conformaron, trabajaron durante largos meses en la elaboración de los

citados lineamientos, que como se ha explicado, constituirán el tema

central del Congreso, partiendo de la convicción de que la situación

económica es la principal tarea del Partido y del Gobierno y la

asignatura básica de los cuadros a todos los niveles.

Durante los últimos años habíamos insistido en que no podíamos

dejarnos llevar por improvisaciones y apresuramientos en esta esfera,

teniendo en cuenta la magnitud, complejidad y las interrelaciones de

las decisiones a adoptar. Es por ello que pienso que hicimos bien en

aplazar el Congreso del Partido, aunque hemos debido resistir,

pacientemente, los reclamos honestos y también los mal intencionados

dentro y fuera de Cuba para que apuráramos la adopción de múltiples

medidas. Nuestros adversarios en el exterior, como era de esperar, han

impugnado cada paso que dimos, primero los descalificaban como

cosméticos e insuficientes, ahora tratan de confundir a la opinión

pública presagiando el seguro fracaso y concentran sus campañas en la

exaltación del supuesto desencanto y escepticismo con que dicen

nuestro pueblo ha acogido este proyecto.

A veces da la impresión de que sus deseos más íntimos les impiden

apreciar la realidad. Haciendo evidentes sus verdaderas pretensiones,

nos exigen sin tapujos desmontar el régimen económico y social que

conquistamos, como si esta Revolución estuviera dispuesta a someterse

a la más humillante rendición o lo que es igual, regir su destino por

condicionamientos degradantes.

A lo largo de 500 años, desde Hatuey hasta Fidel, es mucha la sangre

derramada por nuestro pueblo para aceptar ahora el desmantelamiento de

lo logrado al precio de tanto sacrificio.

A quienes abriguen esas infundadas ilusiones, vale recordarles, otra

vez, lo expresado en este Parlamento el 1ro de agosto de 2009: cito:

“A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba

ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y

continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo”, fin de la cita.

Hoy añado que las medidas que estamos aplicando y todas las

modificaciones que resulte necesario introducir en la actualización

del modelo económico, están dirigidas a preservar el socialismo,

fortalecerlo y hacerlo verdaderamente irrevocable, como quedó

incorporado en la Constitución de la República a solicitud de la

inmensa mayoría de nuestra población en el año 2002.

Es preciso poner sobre la mesa toda la información y los argumentos

que fundamentan cada decisión y de paso, suprimir el exceso de

secretismo a que nos habituamos durante más de 50 años de cerco

enemigo. Siempre un Estado tendrá que mantener en lógico secreto

algunos asuntos, eso es algo que nadie discute, pero no las cuestiones

que definen el curso político y económico de la nación. Es vital

explicar, fundamentar y convencer al pueblo de la justeza, necesidad y

urgencia de una medida, por dura que parezca.

El Partido y la Juventud Comunista, además de la Central de

Trabajadores de Cuba y sus sindicatos junto al resto de las

organizaciones de masas y sociales, tienen la capacidad de movilizar

el apoyo y la confianza de la población mediante el debate sin

ataduras a dogmas y esquemas inviables, que constituyen una barrera

psicológica colosal, que es imprescindible desmontar poco a poco y lo

lograremos entre todos.

Ese es precisamente el contenido fundamental que reservamos a la

Conferencia Nacional del Partido a celebrarse en el año 2011, después

del Congreso, en fecha que se fijará más adelante; en ella

analizaremos, entre otras cuestiones, las modificaciones a los métodos

y estilos de trabajo de la organización partidista, ya que, a

consecuencia de las deficiencias presentadas en el desempeño de los

órganos administrativos del Gobierno, el Partido a lo largo de los

años se tuvo que involucrar en el ejercicio de funciones que no le

corresponden, lo cual limitó y comprometió su condición de vanguardia

organizada de la nación cubana y fuerza dirigente superior de la

sociedad y del Estado, en consonancia con el artículo cinco de la

Constitución de la República.

El Partido debe dirigir y controlar y no interferir en las actividades

del Gobierno, a ningún nivel, que es a quien corresponde gobernar,

cada uno con sus propias normas y procedimientos, según sus misiones

en la sociedad.

Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los

compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse.

Se trata sencillamente de transformar conceptos erróneos e

insostenibles acerca del Socialismo, muy enraizados en amplios

sectores de la población durante años, como consecuencia del excesivo

enfoque paternalista, idealista e igualitarista que instituyó la

Revolución en aras de la justicia social.

Muchos cubanos confundimos el socialismo con las gratuidades y

subsidios, la igualdad con el igualitarismo, no pocos identificamos la

libreta de abastecimientos como un logro social que nunca debiera suprimirse.

Al respecto, estoy convencido de que varios de los problemas que hoy

afrontamos tienen su origen en esta medida de distribución, que si

bien estuvo animada en su momento por el sano empeño de asegurar al

pueblo un abastecimiento estable de alimentos y otras mercancías en

contraposición al acaparamiento inescrupuloso por algunos con fines de

lucro, constituye una expresión manifiesta de igualitarismo, que

beneficia lo mismo a los que trabajan y a aquellos que no lo hacen o

que no la necesitan y genera prácticas de trueque y reventa en el

mercado sumergido, etc, etc.

La solución a este complejo y sensible asunto no es sencilla, pues

guarda estrecha relación con el fortalecimiento del papel del salario

en la sociedad y ello sólo será posible, si a la par de reducir

gratuidades y subsidios, elevamos la productividad del trabajo y la

oferta de productos a la población.

En esta cuestión, como en la reducción de las plantillas abultadas, el

Estado Socialista no dejará desamparado a ningún ciudadano y mediante

el sistema de asistencia social, asegurará que las personas impedidas

para trabajar reciban la protección mínima requerida. En el futuro

existirán subsidios, pero no a los productos, sino a las cubanas y

cubanos que por una u otra razón realmente los necesiten.

Como se conoce, desde el mes de septiembre se eliminó la distribución

normada de cigarros, un artículo que recibía sólo una parte de la

población y que es obvio, por sus nocivos efectos a la salud, no

constituye un producto de primera necesidad.

El próximo año no podremos darnos el lujo de gastar casi 50 millones

de dólares en importaciones de café para mantener la cuota que hasta

el presente se distribuye a los consumidores, incluyendo a los niños

recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad ineludible, como

hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más barato

que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la tonelada,

mientras que aquel tiene un precio de 390 dólares.

Si queremos seguir tomando café puro y sin racionamiento, la única

solución es producirlo en Cuba, donde está probado que existen todas

las condiciones para su cultivo, en cantidades suficientes que

satisfagan la demanda y hasta exportarlo con la más alta calidad.

Estas decisiones, y otras que será necesario aplicar, aunque sabemos

que no son populares, sí son obligadas para poder mantener y mejorar

incluso los servicios gratuitos de salud pública, educación y la

seguridad social a todos los ciudadanos.

El propio líder de la Revolución Cubana, el compañero Fidel, en su

histórico discurso el 17 de noviembre de 2005, expresó: cito: “Una

conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos

errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer

que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se

construye el socialismo”, fin de la cita. Hace apenas un mes,

exactamente al cabo de cinco años, Fidel a través de su mensaje en

ocasión del día Internacional del Estudiante, ratificó esos conceptos

que conservan total vigencia.

Por mi parte, recuerdo los planteamientos de un laureado científico

soviético que hace alrededor de medio siglo, consideraba que aunque

teóricamente se había documentado la posibilidad del vuelo del hombre

al espacio, no dejaba de ser un viaje a lo ignoto, a lo desconocido.

Si bien hemos contado con el legado teórico marxista leninista, donde

científicamente está demostrada la factibilidad del socialismo y la

experiencia práctica de los intentos de su construcción en otros

países, la edificación de la nueva sociedad en el orden económico es,

en mi modesta opinión, también un trayecto hacia lo ignoto, por lo

cual cada paso debe meditarse profundamente y ser planificado antes

del próximo, donde los errores se corrijan oportuna y rápidamente para

no dejarle la solución al tiempo, que los acrecentará y al final nos

pasará la factura aún más costosa.

Tenemos plena conciencia de los errores que hemos cometido y

precisamente, los Lineamientos marcan el inicio del camino de la

rectificación y la necesaria actualización de nuestro modelo económico

socialista.

Nadie debe llamarse a engaño, los Lineamientos señalan el rumbo hacia

el futuro socialista, ajustado a las condiciones de Cuba, no al pasado

capitalista y neocolonial derrocado por la Revolución. La

planificación y no el libre mercado será el rasgo distintivo de la

economía y no se permitirá, como se recoge en el tercero de los

lineamientos generales, la concentración de la propiedad. Más claro ni

el agua, aunque no hay peor ciego que el que no quiere ver.

La construcción del socialismo debe realizarse en correspondencia con

las peculiaridades de cada país. Es una lección histórica que hemos

aprendido muy bien. No pensamos volver a copiar de nadie, bastantes

problemas nos trajo hacerlo y porque además copiamos mal; aunque no

ignoramos las experiencias de otros y aprendemos de ellas, incluyendo

las positivas de los capitalistas.

Abundando sobre el necesario cambio de mentalidad mencionaré un

ejemplo: si hemos arribado a la conclusión de que el ejercicio del

trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de empleo

para los ciudadanos en edad laboral, con el fin de elevar la oferta de

bienes y servicios a la población y liberar al Estado de esas

actividades para concentrarse en lo verdaderamente decisivo, lo que

corresponde hacer al Partido y al Gobierno es facilitar su gestión y

no generar estigmas ni prejuicios hacia ellos y para eso es

fundamental modificar la apreciación negativa existente en no pocos de

nosotros hacia esta forma de trabajo privado. Los clásicos del

marxismo leninismo al proyectar los rasgos que debían caracterizar la

construcción de la nueva sociedad, definieron, entre otros, que el

Estado, en representación de todo el pueblo, mantendría la propiedad

sobre los fundamentales medios de producción.

Nosotros absolutizamos ese principio y pasamos a propiedad estatal

casi toda la actividad económica del país. Los pasos que hemos venido

dando y daremos en la ampliación y flexibilización del trabajo por

cuenta propia, son el fruto de profundas meditaciones y análisis y

podemos asegurar que esta vez no habrá retroceso.

Por su parte, la Central de Trabajadores de Cuba y los respectivos

sindicatos nacionales, se encuentran estudiando las formas y métodos

para organizar la atención a esta fuerza laboral, promover el

cumplimiento estricto de la Ley y los tributos y motivar en estos

trabajadores el rechazo a las ilegalidades. Debemos defender sus

intereses igual que hacemos con cualquier otro ciudadano, siempre que

actúen en cumplimiento de las normas jurídicas aprobadas.

En esta dirección reviste gran importancia la introducción en los

diferentes niveles de la enseñanza de los conceptos básicos del

sistema tributario con el objetivo de familiarizar, de manera

permanente y concreta, a las nuevas generaciones en la aplicación de

los impuestos como la forma más universal de redistribución de la

renta nacional, en interés del sostenimiento de los gastos sociales.

A escala de toda la sociedad, debemos fomentar los valores cívicos de

respeto y cumplimiento por los contribuyentes de sus obligaciones

tributarias, crear en las personas esa cultura y disciplina, bonificar

a los que cumplen y sancionar la evasión de impuestos.

Otra tarea en la cual, a pesar del avance logrado, falta mucho por

hacer es la atención a las distintas formas productivas en la

agricultura, de modo que se eliminen las diversas trabas existentes

para potenciar las fuerzas productivas en nuestros campos y que, en

correspondencia con el ahorro en la importación de alimentos, los

agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su sacrificada

labor, lo cual no justifica que se impongan precios abusivos a la población.

A más de dos años de iniciada la entrega de tierras ociosas en

usufructo, pienso que estamos en condiciones de valorar la asignación

de áreas adicionales, por encima de los límites que regula el

Decreto-Ley 259, de julio de 2008, a aquellos productores

agropecuarios con resultados destacados en la utilización intensiva de

los suelos bajo su responsabilidad.

Considero oportuno aclarar que las tierras entregadas en usufructo

constituyen propiedad de todo el pueblo, por lo que si se requirieran

para otros usos en el futuro, el Estado compensaría a los

usufructuarios lo invertido y les abonaría el valor de las bienhechurías.

En su momento, una vez que concluyamos los estudios, a partir de las

experiencias que hemos ido acumulando, presentaremos al Consejo de

Estado las correspondientes propuestas de modificación del citado Decreto-Ley.

Una de las barreras más difíciles de sortear en el empeño de formar

una visión diferente, y así debemos reconocerlo públicamente, es la

ausencia de una cultura económica en la población, incluidos no pocos

cuadros de dirección, los cuales, evidenciando una ignorancia supina

en la materia, al enfrentar problemas cotidianos adoptan o proponen

decisiones sin detenerse un instante a valorar sus efectos y los

gastos que se generan, ni si existen recursos asignados en el plan y

el presupuesto con ese destino.

No descubro nada cuando afirmo que improvisar, en general, y en la

economía en particular, conduce a un seguro fracaso, con independencia

de los buenos propósitos que se pretenda alcanzar.

El pasado 2 de diciembre, en ocasión del 54 aniversario del desembarco

del Granma, el órgano oficial de nuestro Partido reprodujo un

fragmento del discurso que pronunciara Fidel en 1976, en igual fecha,

cuando se conmemoraban apenas 20 años del suceso y que por su vigencia

y actualidad he considerado oportuno citar: “La fuerza de un pueblo y

de una revolución consiste precisamente en su capacidad de comprender

y enfrentar las dificultades. A pesar de todo avanzaremos en numerosos

campos y lucharemos denodadamente por elevar la eficiencia de la

economía, ahorrar recursos, reducir gastos no esenciales, aumentar las

exportaciones y crear en cada ciudadano una conciencia económica.

Antes dije que todos somos políticos, ahora añado que todos debemos

ser también economistas y, repito, economistas, no economicistas, que

no es lo mismo una mentalidad de ahorro y eficiencia que una

mentalidad de consumo”, fin de la cita.

Diez años después, el primero de diciembre de 1986, durante la sesión

diferida del III Congreso del Partido, Fidel expresó cito: “Mucha

gente no entiende que el Estado Socialista, ningún Estado, ningún

sistema puede dar lo que no tiene, y mucho menos va a tener si no se

produce; si se está dando dinero sin respaldo productivo. Estoy

seguro de que las plantillas infladas, el exceso de dinero entregado a

la gente, los inventarios ociosos, los despilfarros, tienen que ver

mucho con el gran número de empresas irrentables que hay en el país…”

fin de la cita

A 34 y 24 años, respectivamente, de estas orientaciones del Jefe de la

Revolución, esos y muchos otros problemas siguen estando presentes.

Fidel con su genialidad iba abriendo brechas y señalaba el camino y

los demás no supimos asegurar y consolidar el avance en pos de esos objetivos.

Nos faltó cohesión, organización y coordinación entre el Partido y el

Gobierno; en medio de las amenazas y urgencias cotidianas descuidamos

la planificación a mediano y largo plazos, no fuimos suficientemente

exigentes ante violaciones y errores de carácter económico cometidos

por algunos dirigentes y también demoramos en rectificar decisiones

que no tuvieron el efecto esperado.

Más de una vez me he referido a que en esta Revolución casi todo está

dicho y que debemos revisar qué orientaciones del Jefe de la

Revolución hemos cumplido y cuáles no, desde su vibrante alegato “La

Historia me Absolverá” hasta hoy. Recuperaremos las ideas de Fidel que

siguen vigentes y no permitiremos que nos vuelva a pasar lo mismo.

Los errores, si simplemente son analizados con honestidad, pueden

transformarse en experiencias y lecciones para superarlos y no volver

a incurrir en ellos. Esa es precisamente la gran utilidad que tiene el

análisis profundo de los errores y esa debe empezar a ser una norma

permanente de conducta de todos los dirigentes.

La realidad de los números está por encima de todas nuestras

aspiraciones y deseos. En la aritmética elemental del primer grado de

la escuela primaria, se aprende a temprana edad que dos más dos da

cuatro, no cinco ni seis; no hay que ser economista para comprenderlo,

por tanto, si en un momento dado tenemos que hacer algo en materia

económica y social por encima de los recursos disponibles, hagámoslo

con conciencia de las consecuencias y sabiendo de antemano que al

final la crudeza de los hechos se impondrá irremisiblemente.

Cuba dispone de decenas y decenas de miles de profesionales graduados

por la Revolución en las especialidades de economía, contabilidad y

finanzas, por sólo mencionar algunas de este perfil, que no hemos

sabido utilizar adecuadamente en provecho del desarrollo ordenado de la nación.

Contamos con lo más preciado, el capital humano, que debemos

cohesionar con el concurso de la Asociación Nacional de Economistas y

Contadores (ANEC) para emprender la tarea de educar en esta materia,

de manera constante y sistemática, a nuestro pueblo instruido y a sus

dirigentes en todos los niveles. Una numerosa representación del

Comité Nacional de la ANEC participó en los primeros seminarios sobre

los lineamientos que organizamos y muchos de sus miembros están

inmersos en el proceso de discusiones en marcha.

En este sentido, cabe destacar la contribución decisiva de miles y

miles de contadores para recuperar el lugar que corresponde a la

contabilidad en la dirección de la actividad económica, que como

sabemos es una condición indispensable para asegurar el éxito y el

orden en todo lo que nos proponemos.

En estas circunstancias, nadie debe perder de vista la relevancia de

mantener un enfoque diferenciado hacia la juventud, y en

correspondencia con ello, debo resaltar la decisión de excluir de los

procesos de disponibilidad laboral a los recién graduados en el plazo

del cumplimiento del Servicio Social.

Ahora bien, no se trata de ubicarlos en funciones no afines a su

perfil profesional, como ha sucedido en el pasado, que han llegado a

ponerlos hasta de porteros del centro laboral, porque precisamente ese

período está diseñado para adiestrarlos en la base de la producción y

los servicios, completar en la práctica la formación teórica de las

escuelas y cultivar en ellos el amor al trabajo.

No menos importante resulta la labor que corresponde a los cuadros y

especialistas involucrados en la elaboración y revisión de los

documentos legales, a tono con las modificaciones que se vayan

instrumentando; por ejemplo, sólo para dar cobertura jurídica a dos

lineamientos (los números 158 y 159), referidos al ejercicio del

trabajo por cuenta propia, su régimen tributario y los procesos de

disponibilidad laboral, se ha requerido emitir casi 30 disposiciones,

entre decretos-leyes, acuerdos del Gobierno y resoluciones de varios

ministerios e institutos nacionales.

Hace sólo unos días una resolución del Ministerio de Finanzas que

modificó los precios de acopio de un grupo de productos agropecuarios,

tuvo que dejar sin efectos otras 36 resoluciones de ese propio

organismo, emitidas en diferentes fechas de años anteriores, pero

todas vigentes.

Estos hechos dan una idea del trabajo que en materia de ordenamiento

jurídico tenemos por delante con el fin de reforzar la

institucionalidad del país, y eliminar tantas prohibiciones

irracionales que han perdurado por años, sin tener en cuenta las

circunstancias existentes, creando el caldo de cultivo para múltiples

actuaciones al margen de la ley, que frecuentemente dan lugar a la

corrupción en distintos grados. Puede llegarse a una conclusión

probada por la vida: las prohibiciones irracionales propician las

violaciones, lo que a su vez conduce a la corrupción y la impunidad,

por eso creo que la población tiene razón en sus preocupaciones

respecto a los engorrosos trámites asociados a la vivienda y la

compra-venta de vehículos entre las personas, por solo citar dos

ejemplos, que actualmente son objeto de estudio para su solución de

manera ordenada.

Al propio tiempo, se impone simplificar y agrupar la legislación

vigente, por lo general bastante dispersa. Los documentos rectores se

elaboran para ser del dominio de aquellos responsabilizados con su

cumplimiento, no para ser engavetados. En consecuencia, es preciso

educar a todos los cuadros y exigirles trabajar con las disposiciones

legales que rigen sus funciones y controlar que esto se cumpla como un

requisito de idoneidad para ocupar un cargo determinado.

Vale recordar, otra vez, que el desconocimiento de la ley no exime a

nadie de su cumplimiento y que, según la Constitución, todos los

ciudadanos tienen iguales derechos y deberes, por lo cual quien cometa

un delito en Cuba, con independencia del cargo que ocupe, sea quien

sea, tendrá que enfrentar las consecuencias de sus errores y el peso

de la justicia.

Pasando a otro asunto, también recogido en los Lineamientos, del plan

del próximo año se han excluido 68 inversiones de importancia para el

país por no cumplir los requerimientos establecidos, entre ellos, la

determinación del financiamiento, la preparación técnica y de

proyectos, la definición de las fuerzas constructoras capaces de

acometerlas en los plazos fijados y la evaluación de los estudios de

factibilidad. No permitiremos el derroche de los recursos destinados a

inversiones a causa de la espontaneidad, la improvisación y la

superficialidad, que en no pocos casos, han caracterizado al proceso

inversionista.

Al tratar estos temas es obligado referirme al papel determinante que

corresponde jugar a los cuadros del Partido, el Estado, el Gobierno,

las organizaciones de masas y juveniles en la conducción coordinada y

armónica del proceso de actualización del modelo económico cubano.

En el curso de la paulatina descentralización que desplegamos, se han

adoptado diversas medidas en favor de elevar la autoridad de los

dirigentes administrativos y empresariales, a quienes continuaremos

delegando facultades. En paralelo se perfeccionan los procedimientos

de control y se eleva a niveles superiores la exigencia frente a las

manifestaciones de negligencia, indolencia y otras conductas

incompatibles con el desempeño de cargos públicos.

Igualmente, tenemos plena conciencia del daño que ha ocasionado a la

política de cuadros durante años el fenómeno de la “pirámide

invertida”, es decir, que los salarios no están en correspondencia con

la importancia y jerarquía de los puestos de dirección ocupados, ni

existe la diferenciación adecuada entre unos y otros, lo cual

desestimula la promoción de los más capaces hacia responsabilidades

superiores en las empresas y en los propios ministerios. Esta es una

cuestión fundamental que debe ser solucionada de acuerdo con lo

señalado en los lineamientos números 156 y 161, referidos a la

política salarial.

El VI Congreso del Partido debe ser, por ley de la vida, el último de

la mayoría de los que integramos la Generación Histórica; el tiempo

que nos queda es corto y, sin el menor asomo de inmodestia o vanidad

personal, pienso que estamos en la obligación de aprovechar el peso de

la autoridad moral que poseemos ante el pueblo para dejar el rumbo trazado.

No nos creemos más inteligentes o capaces que nadie, ni nada por el

estilo, pero sí estamos convencidos que tenemos el deber elemental de

corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de

construcción del Socialismo en Cuba y en ese propósito emplearemos

todas las energías que nos quedan, que afortunadamente no son pocas.

Redoblaremos la constancia y la intransigencia ante lo mal hecho, los

ministros del gobierno y otros dirigentes políticos y administrativos

conocen que contarán con todo nuestro respaldo cuando, en el

cumplimiento de sus funciones, eduquen y a su vez exijan a sus

subordinados y no teman buscarse problemas. Buscarse problemas por

enfrentar lo mal hecho es en estos momentos una de nuestras tareas principales.

También para todos está claro que no nos encontramos en aquellos años

iniciales tras el triunfo en 1959, cuando algunos que ocuparon cargos

gubernamentales renunciaban para patentizar su oposición a los

primeros pasos radicales que emprendía la Revolución y por ello esa

actitud se catalogaba entonces de contrarrevolucionaria. Hoy lo

verdaderamente revolucionario y honesto, cuando un cuadro se sienta

cansado o incapaz de ejercer su cargo a cabalidad, es solicitar su

renuncia, con dignidad y sin ningún temor, lo que siempre será

preferible a ser destituido.

Con relación a este asunto, debo hacer referencia a tres compañeros

que ocuparon importantes responsabilidades en la dirección del Partido

y el Gobierno, y que por las faltas que cometieron, el Buró Político

les solicitó la renuncia a su condición de miembros de ese organismo

de dirección, del Comité Central y de diputados a la Asamblea Nacional

del Poder Popular.

Se trata de Jorge Luis Sierra Cruz, Yadira García Vera y Pedro Sáez

Montejo. Los dos primeros fueron liberados además de las

responsabilidades como ministros del Transporte y la Industria Básica,

respectivamente. Sierra por tomarse atribuciones que no le

correspondían y que le condujeron a serios errores en la dirección y

Yadira García por un pésimo trabajo al frente del ministerio,

reflejado de manera particular en el débil control sobre los recursos

destinados al proceso inversionista, propiciando el derroche de estos,

como se comprobó en el proyecto de expansión de la empresa niquelífera

Pedro Soto Alba, en Moa, provincia de Holguín. Ambos compañeros fueron

criticados severamente en sendas reuniones conjuntas de la Comisión

del Buró Político y el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

Por su parte, Pedro Sáez Montejo, dando muestras de superficialidad

incompatibles con el cargo de Primer Secretario del Partido en Ciudad

de La Habana, infringió normas del trabajo partidista, lo cual fue

discutido con él por una comisión del Buró Político, presidida por mí

e integrada por los compañeros Machado Ventura y Esteban Lazo.

Es justo hacer constar que los tres reconocieron los errores señalados

a cada uno y asumieron una actitud correcta, razón por la cual la

Comisión del Buró Político decidió mantener su condición de militantes

del Partido. Igualmente, se consideró conveniente ubicarlos a todos en

trabajos afines a sus respectivas especialidades.

En el plano personal, los tres seguirán siendo mis amigos, pero yo

solo tengo compromisos con el pueblo y muy especialmente con los

caídos en estos 58 años de lucha ininterrumpida desde el golpe de

estado de 1952. Si así hemos procedido con tres altos dirigentes,

sépase que esta es la línea que seguirá el Partido y el Gobierno con

todos los cuadros. Mayor exigencia, a la vez que alertaremos y

adoptaremos las medidas disciplinarias pertinentes cuando se detecten

transgresiones de lo establecido.

Como estipuló la Ley modificativa de la División Político

Administrativa, el próximo mes de enero se constituirán las nuevas

provincias Artemisa y Mayabeque, cuyos órganos de gobierno iniciarán

su funcionamiento bajo nuevas concepciones organizativas y

estructurales, mucho más racionales que las existentes en la actual

provincia La Habana.

Se han definido las funciones, estructuras y plantillas. Se trabaja

en la definición de sus atribuciones, así como en las relaciones con

los organismos de la Administración Central del Estado, las empresas

nacionales y las organizaciones políticas y de masas. Seguiremos muy

de cerca esta experiencia para su gradual generalización al resto de

los órganos locales de gobierno, o sea, de todo el país, en el

transcurso de los próximos cinco años. Defendemos la utilidad de

proseguir elevando paulatinamente la autoridad de los gobiernos

provinciales y municipales y dotarlos de mayores facultades para el

manejo de los presupuestos locales, a los cuales se destinará parte de

los impuestos generados en la actividad económica con el fin de

contribuir a su desarrollo.

En medio de la convulsa situación internacional avanzan las relaciones

con los pueblos y gobiernos de casi todas las naciones.

El mundo ha recibido asombrado las escandalosas revelaciones de

cientos de miles de documentos clasificados del gobierno de los

Estados Unidos, una parte de ellos muy recientes, sobre las guerras en

Irak y Afganistán y, luego, sobre los más variados temas de sus

relaciones con decenas de Estados.

Aunque todos se preguntan qué estará ocurriendo verdaderamente y cómo

podría relacionarse esto con los vericuetos de la política

norteamericana, lo difundido hasta ahora demuestra que ese país,

aunque disimule con una retórica amable, sigue en lo esencial las

políticas de siempre y actúa como un gendarme global.

En las relaciones con los Estados Unidos no se aprecia la menor

voluntad de rectificar la política contra Cuba, ni siquiera para

eliminar sus aspectos más irracionales. Se hace evidente que en esta

cuestión sigue prevaleciendo una minoría reaccionaria y poderosa que

sirve de sustento a la mafia anticubana.

Estados Unidos no solo desprecia el reclamo abrumador de 187 países

que demandan poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero

contra nuestro país, sino que en el año 2010 endureció su aplicación e

incluyó nuevamente a Cuba en sus listas espurias, mediante las cuales

se arrogan el derecho de calificar y difamar a Estados soberanos para

justificar acciones punitivas o incluso actos de agresión.

La política de Estados Unidos contra Cuba no tiene la menor

credibilidad. No les queda más remedio que acudir a la mentira para

reiterar acusaciones entre las que sobresalen, por su escandalosa

falsedad, que somos un país patrocinador del terrorismo internacional,

tolerante ante el tráfico interno de niños y mujeres con fines de

explotación sexual, violador flagrante de los derechos humanos y

responsable de restringir, de manera significativa, las libertades religiosas.

El gobierno norteamericano trata de esconder sus propios pecados y

pretende evadir su responsabilidad en el hecho de que sigan impunes en

ese país notorios terroristas internacionales, reclamados por la

justicia de varios países, al mismo tiempo que se mantienen en injusta

prisión nuestros Cinco hermanos por luchar contra el terrorismo.

En sus calumniosas campañas sobre el tema de los Derechos Humanos en

Cuba, los Estados Unidos han encontrado la connivencia de países

europeos conocidos por su complicidad con los vuelos secretos de la

CIA, el establecimiento de centros de detención y tortura, por

descargar los efectos de la crisis económica sobre los trabajadores de

menores ingresos, la violenta represión contra los manifestantes y la

aplicación de políticas discriminatorias hacia los inmigrantes y minorías.

Junto a las naciones hermanas de América Latina proseguiremos luchando

por la integración emancipadora y en los marcos de la Alianza

Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, trabajaremos por

afianzar la solidaridad y unidad que nos fortalecerá a todos, cada vez más.

Así continuaremos apoyando a la fraterna nación de Haití, donde

nuestro personal de la salud, junto a médicos latinoamericanos y

haitianos graduados en Cuba, enfrenta con abnegación y de forma

desinteresada y humanitaria la epidemia de cólera, los daños del

terremoto y la secuela de siglos de explotación y saqueo de ese noble

pueblo, que necesita de la comunidad internacional recursos para la

reconstrucción y, especialmente, para el desarrollo sostenible.

También es propicia la ocasión para desde este Parlamento enviar, en

nombre de todos los cubanos, un mensaje de aliento y solidaridad al

hermano pueblo de Venezuela, que sufre los embates de lluvias

torrenciales con cuantiosas pérdidas de vidas humanas y daños

materiales. Las decenas de miles de colaboradores cubanos que prestan

servicios en ese país, recibieron tempranamente instrucciones de

ponerse a disposición de los venezolanos y del Presidente Hugo Chávez

para lo que sea necesario.

El próximo mes de abril se cumplirán 50 años de la proclamación del

carácter Socialista de nuestra Revolución. En las arenas de Playa

Girón nuestras fuerzas combatieron por primera vez en defensa del

socialismo y en apenas 72 horas, bajo la conducción personal del

Comandante en Jefe, derrotaron la invasión mercenaria patrocinada por

el gobierno norteamericano.

En ocasión de tan relevante acontecimiento, el 16 de abril

realizaremos una Revista Militar, con participación de tropas y medios

de combate, a la que asistirán los delegados al VI Congreso del

Partido que esa propia tarde se congregarán para el inicio de sus

trabajos, que esperamos concluir el 19 de abril, Día de la Victoria de

Playa Girón. El cierre de la Revista lo protagonizarán varias decenas

de miles de jóvenes, representando a las nuevas generaciones, que

constituyen la garantía de la continuidad de la Revolución.

Esta conmemoración estará dedicada a nuestra juventud, que nunca le ha

fallado a la Revolución. Jóvenes fueron los que cayeron en el asalto a

los cuarteles Moncada y de Bayamo;

jóvenes fueron los que se sublevaron en Santiago de Cuba bajo la

dirección de Frank País;

jóvenes eran los expedicionarios del Granma, que tras la debacle de

Alegría de Pío formaron el Ejército Rebelde, fortalecidos por oleadas

también de jóvenes provenientes del campo y las ciudades, en primer

lugar el refuerzo santiaguero organizado personalmente y enviado por

el propio Frank;

jóvenes eran los integrantes del poderoso movimiento clandestino;

Jóvenes fueron los valerosos asaltantes al Palacio Presidencial y a la

emisora Radio Reloj el 13 de marzo de 1957, encabezados por José

Antonio Echeverría;

jóvenes fueron los que combatieron heroicamente en Girón;

jóvenes y adolescentes se sumaron a la campaña de alfabetización hace

también 50 años;

jóvenes eran la mayoría de los combatientes en la lucha contra las

bandas mercenarias que organizó la CIA;

jóvenes fueron los que protagonizaron hermosas páginas de coraje y

estoicismo en las misiones internacionalistas en varias naciones,

particularmente en ayuda a los movimientos de liberación en África;

jóvenes son nuestros Cinco Héroes que arriesgaron sus vidas luchando

contra el terrorismo y sufren ya más de doce años de cruel prisión;

jóvenes son muchos de los miles y miles de colaboradores cubanos que

defienden la vida humana curando enfermedades erradicadas en Cuba,

apoyan programas de alfabetización y difunden cultura y la práctica

deportiva a niños y adultos por todo el mundo.

Esta Revolución es obra del sacrificio de la juventud cubana: obrera,

campesina, estudiantil, intelectual, militar; de todos los jóvenes en

todas las épocas que les ha tocado vivir y luchar.

Esta Revolución la conducirán adelante los jóvenes plenos de optimismo

e inconmovible fe en la victoria.

Grandes han sido los retos y también los peligros desde el triunfo de

la Revolución y muy especialmente a partir de Girón, mas ninguna

dificultad ha podido doblegarnos. Estamos aquí y estaremos por la

dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica y el espíritu

de sacrificio y revolucionario del pueblo de Cuba, que hace mucho

tiempo hizo suyo el concepto de que el socialismo es la única garantía

para seguir siendo libres e independientes.

Muchas gracias.

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