Óptica Ciudadana: REFLEXIÓN CIUDADANA, por José Luís Hernández Jiménez

Óptica Ciudadana

REFLEXIÓN CIUDADANA
Por José Luís Hernández Jiménez

Creencia general fue que Zedillo no servía; luego que Fox no sirvió, y ahora se empieza a decir que Calderón tampoco ha servido. Por eso sospecho que el problema no está en lo ratero que fue Salinas de Gortari o en la ineptitud de los que lo siguieron. El problema está en nosotros, en nosotros como pueblo, como materia prima de este país.

Porque pertenezco a un país en donde la viveza es la moneda que siempre es valorada tanto o mas que un dólar o un euro; un país en donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud mas apreciada que formar una familia a largo plazo, basada en valores y en el respeto a los demás.

Pertenezco a un país donde lamentablemente los periódicos jamás se podrán vender como se venden en otros países, es decir, poniéndolos en máquinas en las banquetas, donde uno paga por un solo ejemplar y saca un solo periódico, dejando los demás en donde están.
Pertenezco a un país en donde las empresas privadas y dependencias de los gobiernos, son como papelerías particulares, donde muchos de sus empleados, deshonestos, se llevan para sus casas, hojas de papel, bolígrafos, carpetas, marcadores y todo lo que les falta para la tarea o para la escuela de sus hijos.

Pertenezco a un país donde la gente se siente triunfar si consigue robarse la señal de la televisión por cable del vecino o logra evitar el pago de la luz eléctrica que consume; un país en donde la gente inventa a la hora de llenar sus Declaraciones de Hacienda para no pagar o pagar menos impuestos.

Pertenezco a un país en donde la impunidad es un hábito, en donde los directivos de las empresas no generan ningún capital humano, en donde no hay interés por la ecología, en donde las personas, tiran la basura en las calles y luego le reclaman al gobierno por no dar mantenimiento al drenaje.

Un país en donde no existe la cultura por la lectura, ni por el ahorro, ni hay conciencia ni memoria de la política, ni interés por la economía, porque solamente interesa el “chicharito” y la selección mexicana de futbol y el chisme este o aquel.

Un país donde nuestros Diputados y Senadores, trabajan pocos días al año y cobran todos los demás como si fueran altos ejecutivos.

Pertenezco a un país en donde las licencias de conducir, los certificados médicos, la residencia mexicana, la ciudadanía y hasta los títulos de profesionistas, se pueden comprar sin hacer ningún tipo de examen.

Pertenezco a un país en donde puede abordar el transporte público una persona de edad muy avanzada o una mujer con un niño en brazos o un discapacitado, y la persona que viene sentada en el asiento mas cercano o aún en el asiento especial para esas personas, se hace que está durmiendo para no cedérselo y si alguien le reclama se levanta para darle un golpe o para insultarlo.

Un país en el cual el derecho de paso es para el automóvil y no para el peatón.

Una nación en donde estamos llenos de fallas pero disfrutamos criticando a los gobernantes, a políticos y, en general, a los demás; Mientras mas le digo ratero a Salinas, mejor soy yo como persona, a pesar de que compré discos, películas y ropa piratas y ya me consiguieron todas las respuestas del examen de matemáticas o de la Prueba Enlace para mañana. Mientras mas le digo falso al Presidente en turno, mejor soy yo como mexicano o mexicana, a pesar de que apenas esta mañana me fregué a un cliente a través de un fraude y a mis empleados al no pagarles el tiempo extra.

¡Ya basta, por favor, ya basta!

Como materia prima de nuestro país, tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres libres y concientes que México necesita, porque esos defectos, esa sagacidad congénita, esa deshonestidad, esa falta de calidad humana, es lo que nos tiene mal y realmente fregados a México y a todos.

Lo siento mucho, porque aunque Salinas, Zedillo, Fox ó Calderón hubieran renunciado, el próximo que les siga tiene que seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa. No tengo ninguna garantía de que alguien, el que quede, lo pueda hacer mejor, porque en lugar de tomar nuestros destinos en nuestras manos, estamos siempre esperando que nos regale algo o nos señale el camino destinado.

Tenemos que erradicar los vicios que tenemos como pueblo y cambiar nosotros en lo individual, como mexicanos. Sin eso, nadie servirá, como no ha servido la clase política en general. ¿O es que necesitamos un dictador para que nos haga cumplir la ley por la fuerza y con el terror? Aquí hace falta una cosa, algo más inteligente que cacerolazos, paros, bloqueos, marchas, machetes, insultos. Mientras esa otra cosa no empiece a surgir desde abajo hacia arriba o desde arriba hacia abajo o del centro para los lados o como sea, seguiremos como condenados, igualmente estancados y fregados. Y no importa para donde se vaya uno, aunque nos vayamos para Europa, Canadá o los EU, donde quiera que vayamos, llevaríamos a México dentro de nosotros.

Si no cambiamos nuestra forma de pensar, de ser, seguiremos empeorando. Es muy sabroso ser mexicano y vivir a la mexicana, pero cuando esa mexicanidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como nación, ahí la cosa cambia. Ya que un nuevo Presidente, con los mismos mexicanos (as), podrá hacer nada, porque será un reflejo de todos. En general, la formula es sencilla: malos ciudadanos, da malos gobernantes y buenos ciudadanos daría buenos gobernantes.

Siempre la vamos al débil o al desvalido por lástima, porque nos sentimos igual de pequeños: hacemos fiesta nacional por un segundo lugar, declaramos héroes nacionales a quienes ganan algo o porque nosotros mismos creemos que jamás vamos a ganar nada. Tenemos que reflejarnos en los triunfos de otros, porque los nuestros son muy escasos. Admiramos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y francamente intolerables con el fracaso, telenovelas corrientes; es la industria de la disculpa y la estupidez. Y los videojuegos, como hechos para mantener quietas y alienadas a la niñez y a la juventud.

No nos damos cuenta que en lugar de buscar nuevos mercados y apoyar el interno, estamos esperando inmóviles que China o Brasil nos arrasen y en menos de 20 años, ellos serán potencias mundiales y en México no habrá empleos para nuestros hijos; pero somos el pueblo de malas copias pues no creamos nada original; fíjense cómo somos los mexicanos, vendemos petróleo crudo e importamos gasolina cara que se hace con ese mismo petróleo pero ¡viva la soberanía! ¡Pobres y jodidos pero muy soberanos!

Después de esta reflexión, francamente he pensado en buscar al responsable, no para castigarlo sino para exigirle que mejore su comportamiento y que no se haga como si la virgen le habla. He decidido buscar al responsable de que México esté fregado y estoy seguro que lo voy a encontrar esta tarde, cuando… me vea en el espejo. Ahí estará, no necesito buscarlo en otro lado y le voy a suplicar, a pedir, le voy a exigir si es necesario, que me ayude a hacer de México un país mejor. Tan Tan.

Notitas: Una.- Lo bueno de las 30 preguntas del Dr. Juan Ramón de la Fuente, ex Rector de la UNAM, publicadas este domingo 9 de enero, son como preguntas que se hace un estadista. Lo malo es que entre los aspirantes a altos cargos políticos, no se ve ningún estadista; Dos.- ¿Recuerdan, a las “Ladies de Polanco”? Aquellas misses que, borrachas, agredieron a unos policías por ser “mugres asalariados”. Pues ya apareció el “Gentleman de Las Lomas”, un poderoso empresario que agredió a un sencillo trabajador. Son iguales, prepotentes, racistas, discriminadores. Y no hay castigo para ellos. Lo que hace el poder y el dinero ¿verdad?; Tres.- Dicen las buenas lenguas que Bela Lugosi, el actor mas conocido por su papel como Drácula, se volvió loco pues acabó creyéndose el Conde vampiro; Y que lo mismo le pasó a Johnny Weissmuller, también enloqueció, creyéndose Tarzán. Y las malas lenguas aseguran que lo mismo le esta pasando a Kate del Castillo, pues su carta de “amor” a “don Chapo Guzmán” demuestra que de veras se cree la Reina del Sur.

Email: hernandez.jimenez2010@hotmail.com

México D. F. a 9 de enero de 2012.

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