Frente Nacional Contra el Golpe de Estado en Honduras rechaza negociaciones

Frente Nacional Contra el Golpe de Estado en Honduras rechaza negociaciones y se mantiene en pie de lucha

GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS

• Frente Nacional Contra el Golpe de Estado en Honduras rechaza negociaciones y se mantiene en pie de lucha

• Manuel Zelaya anuncia que el próximo fin de semana regresará a Honduras

• Hondureños realizan plantón frente al Congreso en rechazo al Golpe

El Frente Nacional Contra el Golpe de Estado en Honduras, integrado por las diferentes expresiones organizadas en el país y unidas por la situación provocada a partir del golpe de Estado, a la comunidad nacional e internacional informa lo siguiente:

1. Reiteramos que la posición intransigente de la comisión nombrada por los golpistas hace imposible una solución exitosa de la mediación realizada en San José.

2. Estamos de acuerdo con el primer punto de la propuesta presentada por el ciudadano presidente de Costa Rica, premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, consistente en la restitución inmediata de Manuel Zelaya Rosales a la presidencia de la República de Honduras, misma que demandamos sea de carácter incondicional.

3. Rechazamos el resto de dicha propuesta, porque no coincide con nuestros planteamientos y exigencias, lo cual argumentamos: El numeral 2 posibilita la inclusión de personas relacionadas con el golpe de Estado y, por lo tanto, que han cometido delitos de lesa humanidad. El numeral 3 significa la negación del derecho ciudadano a una democracia participativa. El numeral 4 promueve la impunidad para quienes planearon, ejecutaron y avalan el Golpe de Estado. El numeral 5 entraña la posibilidad de perpetrar un fraude electoral del cual ya se tienen claros indicios. El numeral 6 desconoce nuestro planteamiento de revisar el papel constitucional de las fuerzas armadas y su involucramiento en el golpe de Estado. El numeral 7 no tiene razón de ser, en tanto no se despejen los puntos anteriores.

4. Denunciamos la actitud de desconocimiento tácito de violación de derechos humanos de que viene siendo objeto la población por parte del gobierno de facto y sus aparatos represores, de lo cual es muestra: 4 asesinatos, 1,158 detenciones ilegales, acoso y persecución a representantes del movimiento social; 14 medios de comunicación, 14 periodistas y 4 organizaciones sociales han sufrido atentados a la libertad de expresión; se han violentado los derechos individuales y fundamentales en la vida del ciudadano y ciudadana contemplados en la Constitución de la República. Denunciamos así mismo la involución que ha sufrido el país en materia de derechos humanos, militarización y acoso de comunidades como la Guadalupe Carney, en Silín, Colón; militarización de instituciones públicas y la puesta en acción de miembros de escuadrones de la muerte en todo el país; a lo cual se suma el accionar coludido del Ministerio Público, juzgados y Tribunales de la República con el gobierno de facto, lo que ha provocado un estado de indefensión de la ciudadanía.

5. Mantenemos nuestra posición de alcanzar procesos políticos incluyentes que permiten la participación democrática de hombres y mujeres, por medio de la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente.

6. Continuamos firmes en nuestra lucha, hasta lograr la recuperación del orden institucional.

Tegucigalpa, M.D.C. 19 de julio de 2009

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El pueblo resiste contra la oligarquía y el imperialismo

Declaración de la IV Internacional sobre la situación en honduras
Buro Ejecutivo IV Internacional

Una semana después del golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, las movilizaciones populares continúan y pueden hacerlo fracasar. La solidaridad internacional se amplía.

Una vez más, América Latina está en el centro de la actualidad internacional. Una vez más, desgraciadamente, un golpe de Estado sacude a uno de sus países: Honduras.

Algunos de nosotros habíamos presentido una nueva era en la vida política latinoamericana. Las relaciones sociales se habrían apaciguado. La democracia sería la norma. Una vez más, cuando sus intereses están en juego, la oligarquía y las cúpulas militares rechazan incluso su “democracia”, revocan a presidentes y reprimen al movimiento popular.

Honduras vive bajo la dominación de una oligarquía intratable organizada entre conservadores y liberales. A su servicio, un ejército armado, equipado y apoyado por los Estados Unidos y fiel a la doctrina de la seguridad interior. El actual modelo político, salido de la Constitución de 1982, se puso en marcha después de largos períodos de dictadura brutal donde todos los partidos estaban prohibidos. Durante los años ochenta se mantuvo una fuerte violencia de clase y los escuadrones de la muerte continuaron asesinando a centenares de militantes de la oposición. El país sirvió de base de operaciones norteamericana contra los procesos de liberación en América Central y de reciclaje de los torturadores argentinos.

Hoy, la derecha facistizante presenta al presidente derrocado Zelaya como un radical peligroso, cuando en realidad es un oligarca liberal que se vio forzado a realizar concesiones sociales en un contexto de ebullición social convertido en ingestionable. En abril de 2008, el pueblo se manifestó masivamente contra el alza de precios. Ante el alza del petróleo, Zelaya firmó un acuerdo de intercambio de productos agrícolas por petróleo con Venezuela y entró en la alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Esta cooperación ha permitido financiar algunos programas sociales, sin que esto ha llevado al apoyo de las tres centrales sindicales ni de las organizaciones reunidas en el Bloque Popular de Honduras, aún no convencidos de esta política.

El pueblo hondureño está violentamente golpeado por una sociedad profundamente desigualitaria donde la riqueza nacional está en manos de una minoría y entregada a las firmas multinacionales (minería, petróleo, agua, bosques…). Los campesinos sin tierra continúan muriendo bajo las balas de los matones de los grandes propietarios. Ya minado por una pobreza que afecta al 80% de la población y la dependencia económica respecto a los Estados Unidos, el país no se ha recuperado todavía del ciclón Mitch que lo devastó en octubre de 1998. El tratado de libre comercio, firmado en 2005 con los Estados Unidos, remata el abandono de la soberanía del país. Otro tratado, igualmente nefasto, está en vías de negociación con la Unión Europea , y debería completarse este julio.. Por su parte, los movimientos sociales defienden la convocatoria de una Asamblea Constituyente, una idea inconcebible para la oligarquía, los Estados Unidos, y las multinacionales.

Los discursos de Obama son una cosa y otra los lazos del aparato político-militar norteamericano y las cúpulas militares latinoamericanas. Ninguna condena clara del golpe de Estado ha sido hecha por los Estados Unidos, tratando por igual los dos bandos. Los golpistas estaban en relación permanente con la embajada americana para hacer fracasar la consulta popular. Si el imperialismo yankee quiere mantener su influencia en este bastión clave, la administración Obama se encuentra, con este golpe brutal y no previsto, ante una situación incontrolada que casa mal con una refundación de las relaciones con América Latina.

Este golpe de Estado sigue al de abril de 2002 en Venezuela, abortado gracias a la movilización popular, o al de Bolivia, en 2008, frenado por la determinación de los gobiernos latinoamericanos decididos a no ver emerger a otro Pinochet. Esta crisis es reveladora de la polarización de las corrientes políticas e ideológicas que se enfrentan en la región. La burguesía reaccionaria no quiere ver la extensión de los procesos independientes de la burguesía promovidos por el eje Venezuela-Ecuador-Bolivia- Nicaragua-Cuba. No puede permitir dejar la iniciativa a los movimientos populares que resisten en todos lugares a la reconquista del continente por las multinacionales con el apoyo de sus lacayos. Se ve claramente la maniobra norteamericana que se está perfilando con el acuerdo de los oligarcas latinoamericanos: la eventual restitución del presidente Manuel Zelaya contra la impunidad de los golpistas –que controlan la integridad de las instituciones del Estado hondureño- y sobretodo el abandono del punto principal de las reivindicaciones del Frente Nacional contra el Golpe de Estado, la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente.

El régimen golpista (patronal, oligarquía, jerarquía eclesiástica y ejército) está arrinconado por el aislamiento diplomático total, privado de financiación internacional y del petróleo venezolano. Una parte de la patronal buscar una salida de la crisis negociada con los Estados Unidos. Ninguna mercancía no atraviesa la frontera gracias a los bloqueos populares, y los países vecinos han cerrado sus fronteras.

Al jugar la carta de amenaza de supuestas invasiones por la frontera nicaragüense apoyadas por Venezuela, los golpistas esperan encontrar apoyo en el interior del país, muy polarizado, a través de unos medios de comunicación totalmente controlados, y justificar la represión. Esperan también regionalizar la crisis. Sólo la resistencia popular en Honduras y la solidaridad internacional de los pueblos pondrán fin al golpe.

Buró Ejecutivo de la IV Internacional

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Golpe en Honduras y nueva fase del Plan Colombia
Juan Cendales
Rebelión

Bien se sabe que a los gobiernos norteamericanos poco les importa la calaña de los socios que desde la presidencia de sus países sirven a sus intereses geoestratégicos. Innecesario repetir la historia de sus alianzas con personajes como Bin Laden, Hussein, Manuel Antonio Noriega, Somoza, Pinochet, Videla y un largo y sangriento etcétera.

Álvaro Uribe Vélez hace parte hace rato de este muy selecto grupo de personajes.

Ya hace 20 años, cuando era parlamentario, apareció en de una lista de políticos a quienes las agencias yanquis relacionaban con el mundo del narcotráfico. Aparentemente su nombre fue borrado. O engavetado. También existen acusaciones múltiples por paramilitarismo, violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. Nada diferente a lo que presidentes como Reagan o Bush no hayan hecho. Y que Obama empieza a tolerar.

El gobierno de El Ecuador en un gesto de soberanía ha decidido dar por terminada la base militar norteamericana de Manta. Entonces Álvaro Uribe negoció con los yanquis utilizar cinco bases militares en Colombia para supuestas acciones antinarcóticos y para la lucha contrainsurgente. Pero no solo para actuar en Colombia. También en toda Suramérica. Es una nueva fase del Plan Colombia que articulará acciones político-militares con el Plan México, o Mérida, que abarca al país azteca y a otros de Centroamérica, entre ellos Honduras.

Colombia se convierte nuevamente en el Caín de América. Como cuando en la guerra de las Malvinas entre Argentina e Inglaterra el gobierno colombiano apoyó a los ingleses. O de los pocos que apoyó la guerra de Iraq. O de los que envía contingentes a Afganistán. Son las concesiones que se hacen producto del alma cipaya de este tipo de gobernantes. O el pago para que les perdonen inconfesables pecados. Para que les regalen una firmita en una servilleta. O les aprueben un antinacional TLC.

Colombia será gracias a Uribe una inmensa base militar norteamericana. Cabeza de playa contra la hoy rebelde América Latina . Con militares, espías, mercenarios y asesores que gozarán de total impunidad. Hagan lo que hagan.

Esta irracional presencia militar norteamericana debe ser rechazada por todos aquellos que no tienen el alma vendida a los bancos gringos o la rodilla postrada a su bandera. Los candidatos presidenciales deben fijar claramente su posición. Las centrales obreras. Los partidos todos. La iglesia y los empresarios. Y ante todo el movimiento estudiantil de histórica tradición antiimperialista.

Convertir a Colombia toda en una base militar yanqui no es aislado de la ofensiva oligárquica contra los procesos de transformación democrática de la región. No es ajeno al golpe fascista de Honduras. El gobierno de Uribe dio una lacónica declaración de apoyo al orden institucional. Pero no más. Luego de eso los voceros más reaccionarios del uribismo y el régimen han salido en vulgares notas editoriales a defender el golpe fascista al que califican como una acción para defender la democracia.

Por ahí van los tiros.

Honduras, México, Colombia y Perú como plataformas de la contraofensiva del imperio para recuperar su viejo patio trasero. Colombia la gran base militar, eje del proyecto imperial.

El Caín de América.

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Vinculado al cártel de Cali: Micheletti en una lista de narcos del Ministerio de la Defensa de Honduras
La aparición del nombre de Micheletti en tal lista de narcotraficantes no deja duda sobre la presencia de su nombre en los ficheros de la DEA, la agencia norteamericana antidroga.

POR JEAN-GUY ALLARD

El nombre del cabecilla golpista hondureño Roberto Micheletti aparece en una larga lista de narcotraficantes redactada, en una fecha no precisada, por un alto oficial del Ministerio de la Defensa y Seguridad Pública de Honduras que lo relaciona con el Cartel de Cali, la red colombiana de narcotráfico.

El documento – reproducido por el sitio web cubadebate.cu- firmado por el Coronel de infantería René Adalberto Paz Alfaro y llevando el membrete del ministerio, señala en el número SN-FF. AA. 060, a ROBERTO MICHELLETI BAIN – con el error de ortógrafo en Micheletti – con la «CONEXIÓN» Cartel de Cali y bajo la mención «LUGAR» la palabra «Yoro».

Las notas biográficas de Micheletti precisan que empezó su carrera política en los años 80, cuando ocupaba el cargo de presidente del Consejo Local en Yoro donde siempre se hizo elegir de diputado al Congreso Nacional.

Hijo de un ciudadano italiano, Umberto Micheletti y de Donatella Bain, el actual usurpador de la presidencia hondureña nació el 13 de agosto de 1948 en el municipio de El Progreso (Yoro).

Estudio comercio en Estados Unidos para dedicarse luego a su negocio, la Empresa de Transporte TUTSA, en su municipio natal.

La aparición del nombre de Micheletti en tal lista de narcotraficantes no deja duda sobre la presencia de su nombre en los ficheros de la DEA, la agencia norteamericana antidroga.

Sin embargo, nada ha filtrado al respecto de fuente norteamericana, hasta ahora.

Llama la atención que, hace unos días, un grupo de congresistas norteamericanos de extrema derecha encabezados por los representantes de la Florida, Mario y Lincoln Díaz-Balart, intentaron ensuciar el nombre del presidente constitucional Manuel Zelaya al solicitar del presidente Barack Obama que investigue su supuesta «vinculación con el narcotráfico», a través de la DEA.

Obama ni contestó.

Los Díaz-Balart tienen un viejo expediente de relaciones turbias con los círculos colombianos afiliados al narcotráfico.

Por otro lado, entrevistado por Radio Pacífica este 10 de julio, el dirigente por los derechos humanos en Honduras Andrés Pavón afirmó que el general Vázquez Velázquez, jefe del Estado Mayor hondureño, tiene conocidos lazos con el narcotráfico.

«Él es un hombre de la comunidad de inteligencia de América Latina, cercana a las estructuras de la DEA y la CIA», explicó en una conversación telefónica con el periodista Fernando Velázquez, reportada por Radio Mundial de Venezuela.

Pavón agregó que tiene «evidencias que las misma embajada de Estados Unidos, a través de la DEA, ha sido cómplice para operaciones de narcotráfico».

En la entrevista a Hillary Clinton por el canal golpista venezolano Globovisión, esta mujer dijo que lo importante no eran los votos sino la gestión. Es decir, que más pronto cae un hablador que un cojo. La señora Clinton expresa el sentir de Washington, no importa la voluntad del pueblo, lo que interesa es que la gestión sea acorde con los intereses de la económicamente poderosa ultraderecha. Así, no importó que el voto popular le diera la victoria a Al-Gore cuando contendió contra George W. Bush, como no importa quien gane las elecciones en cualquier país de América Latina, incluyendo a México. Esos son los que se proclaman campeones de la democracia. Por eso no les importa que Manuel Zelaya sea a quien el pueblo eligió.

Los Estados Unidos tienen preferencia por los narcos como Uribe de Colombia y ahora por este tal Micheletti. Los narcos son el instrumento idóneo que tienen para invadir al país que les de la gana, incluyendo a México. Los Estados Unidos no quieren acabar con el narcotráfico porque se les acaba el argumento colonialista, pero por otra parte, porque siendo el primer país consumidor, y ahora productor, de droga se les acabaría el negocio. Finalmente, entonces, sus amiguitos son los narcotraficantes, su creencia la guerra y su pasión el dinero.

Cada vez es más evidente que el gobierno de Estados Unidos ha sido el factor principal en contra del progreso mundial. Estados Unidos no tiene autoridad moral en ningún sentido, así que casi es regla que lo que digan es o falso o inmoral.

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Honduras: «¡Se Trata de Una Verdadera Revolución!»

[Dos artículos publicados en la edición de esta semana de Informations Ouvrières (Informaciones Obreras), órgano del Parti Ouvrier Indépendant (Partido Obrero Independiente) de Francia]

¡Pueblo, únete!

Es todo un pueblo que se levanta contra el golpe de Estado militar apoyado implícitamente por el embajador norteamericano. Desde hace tres semanas se suceden, las movilizaciones, huelgas, bloqueos de carreteras en toda Honduras.

El jueves 16 y el viernes 17 de julio, el Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado que reúne a las organizaciones, en particular los sindicatos obreros y campesinos, llamó a la huelga general, al bloqueo del país y a manifestaciones en Tegucigalpa, la capital.

Durante los últimos días se ha desarrollado la movilización en toda América Central, en particular en los países limítrofes a Honduras, en Guatemala, El Salvador, Nicaragua y también en Costa Rica. ¿Quién no comprende que el levantamiento en masa del pueblo hondureño, detrás de sus organizaciones sindicales y campesinas genera la simpatía de todos los países de América Latina y del Caribe, incluyendo a los trabajadores norteamericanos?

EL 16 de julio, durante la visita en Bolivia de Patricia Rodas, la ministra de Relaciones Exteriores destituida, quien participó en las festividades del segundo centenario de la independencia en Bolivia declarando que: «En ese momento, el ejército de ciudadanos hondureños concentra en sus manos el futuro de toda América Latina y de América Central».

Y con toda razón. Recordemos que el origen del golpe de Estado fue decisión del ejército apoyado o impulsado por Hugo Llorens, el embajador norteamericano en Tegucigalpa para impedir una consulta sobre la necesidad de una Asamblea Constituyente.

En la historia de Honduras, las aspiraciones nacionales y sociales, sucesivamente, han sido pisoteadas por el poder minoritario de los oligarcas, latifundistas, agentes directos del dominio norteamericano.

La exigencia de una Constituyente concentra las aspiraciones a la soberanía, a la independencia, a la unidad de la nación hondureña y por otra parte al necesario establecimiento de relaciones de cooperación fraterna con todas las naciones de América Central y de América Latina.

Esto se opone a la política de explotación feroz del imperialismo norteamericano, de sus agentes locales, a través de los Tratados de Libre Comercio y la amenaza militar. El Tratado de Libre Comercio firmado con los Estados Unidos da toda la prioridad jurídica a las multinacionales norteamericanas incluyendo el derecho de no respetar las leyes del Trabajo hondureño. La aplicación del TLC aceleró más todavía la emigración masiva de trabajadores, en particular de los jóvenes hacia Estados Unidos. Honduras cuenta hoy con un millón de emigrados.

Recordemos que a 97 km. de la capital de Honduras se encuentra una base militar norteamericana integrada al comando Sur del ejército norteamericano.

La exigencia de una Constituyente reúne también las aspiraciones de la mayoría campesina desposeída de sus tierras, por ende la realización de una Reforma Agraria integral y la expropiación de las grandes multinacionales, en particular norteamericanas que controlan la producción de plátano y de café, los dos principales productos de exportación.

Todos los pueblos de América Latina y del Caribe se reconocen y hacen suyo este combate por la Constituyente, por la soberanía pues él expresa la necesaria independencia respecto del imperialismo norteamericano, la ruptura con los Tratados de Libre Comercio, condición indispensable para avanzar hacia una unión de naciones soberanas de América Latina y del Caribe en alianza estrecha con los trabajadores norteamericanos y sus organizaciones.

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Más de tres semanas de resistencia

Después del golpe de Estado que el domingo 28 de junio de 2009 destituyó al presidente Manuel Zelaya y constituyó un gobierno de facto bajo control del ejército con el apoyo implícito de la embajada norteamericana, el movimiento de resistencia de la población, en particular de las organizaciones obreras y campesinas continúa desarrollándose.

Recordemos que ya el 26 de junio se había rechazado una tentativa de golpe de Estado. El presidente Zelaya y las organizaciones del Bloque Popular (Bloque constituido a iniciativa de la Central Unitaria de Trabajadores de Honduras), manifestaban en Tegucigalpa y cercaban al comando del ejército que se negaba a distribuir las urnas para la consulta prevista para el 28 de junio.

A pesar del Estado de sitio decretado el domingo 28, hubo manifestaciones en la capital y las principales ciudades. Al ser anunciado el regreso de Manuel Zelaya el domingo 5 de julio, regreso impedido por el ejército que bloqueaba el aeropuerto, centenares de miles de jóvenes, trabajadores, campesinos marcharon sobre el aeropuerto. La prensa habla de 200 000 a 500 000 personas y esto en un país que cuenta con 7 millones de habitantes y cuya capital solamente tiene 800 000 habitantes. Sin duda se trata de la manifestación más importante en la historia del país.

Bajo los auspicios de la Administración norteamericana, el presidente de Costa Rica propuso una mediación entre Manuel Zelaya y el presidente golpista Michelletti («Pinocheletti», tal como fue escrito sobre los muros en Tegucigalpa). Esta mediación fracasó porque Zelaya se negó a tratar de igual a igual con los golpistas.

Hillary Clinton insistía entonces sobre la necesidad de un acuerdo entre las dos partes «olvidando» lo que había dicho la víspera, es decir, que la restauración de Manuel Zelaya en sus funciones era ineludible.

El miércoles 15 de julio, Manuel Zelaya desde Managua (capital de Nicaragua -ndlt), donde había recibido el apoyo, en particular de los gobiernos aliados al gobierno de Chávez de Venezuela y que forman el ALBA (Alianza Bolivariana de América Latina), –Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba– lanzaba un llamamiento a la insurrección, a la huelga, a la manifestación, al bloqueo de carreteras, a la desobediencia civil hasta que se vayan los golpistas.

Ese mismo miércoles, los sindicatos de todos los países de América Central, reunidos en San José de Costa Rica lanzaron un llamamiento a bloquear las fronteras el viernes 17 y el sábado 18 de julio. El portavoz de la Comisión Nacional de enlace de los sindicatos de Costa Rica, Jorge
Coronado, precisaba que el bloqueo de las fronteras se haría en Nicaragua, El Salvador y Guatemala y que el objetivo era cercar comercialmente al gobierno usurpador. Pero Coronado fue todavía más lejos. Anunció una manifestación central en San José, la capital de Costa Rica, para protestar contra la presencia de los golpistas hondureños en el país (el sábado 18 de julio estaba prevista una reunión de mediación entre las comisiones designadas por Zelaya y Micheletti, bajo la égida de Oscar Arias, presidente de Costa Rica).

Coronado también declaró que la manifestación convocada por los sindicatos de Costa Rica era también una protesta contra la mediación de Arias porque tiene la osadía de poner en el mismo nivel un gobierno electo democráticamente y un gobierno surgido de un golpe de Estado.

En el mismo momento, el sindicato de portuarios de América Central que también tiene su sede en San José de Costa Rica, llamó al bloqueo marítimo de Honduras para el jueves 16 y viernes 17 de julio.

Ya empezaron a aparecer divisiones en el gobierno usurpador. El propio Micheletti anunció el jueves 16 de julio que estaba dispuesto a renunciar a condición de que Zelaya no regrese al país. También Oscar Arias, instituido mediador, propuso ese jueves 16 de julio la constitución de un
gobierno de coalición nacional entre el gobierno legítimo y los usurpadores. ¡Linda mediación con la salsa a la Hillary Clinton!

En el curso de los acontecimientos, el Bloque popular organizado a la iniciativa de la Central Unitaria de los Trabajadores de Honduras formó el Frente de resistencia nacional. Nuestros corresponsales nos indican que este Frente está constituido por comités de base en los barrios de
las principales ciudades.

Es evidente que no se trata simplemente de una reacción de masas al golpe de Estado, sino que se trata de una verdadera revolución.

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