DOSSIER SOBRE LA MUERTE DEL DISIDENTE CUBANO ORLANDO ZAPATA

VEN AL XV ENCUENTRO NACIONAL DE SOLIDARIDAD CON CUBA

MORELIA, MICHOACAN

6-7 DE MARZO DE 210

acto inaugural: sábado, 6 de marzo, 9.30hrs

Casa de la Cultura,

Av. Morelos Norte # 485, Centro Histórico

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En la Cuidad de México: (55) 5782.2564; 044.55.2895.8057; 044.55.1849.9274,

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DOSSIER SOBRE LA MUERTE DEL DISIDENTE CUBANO ORLANDO ZAPATA

1. ¿Para quién la muerte es útil? por Enrique Ubieta Gómez

2. Lo que ocultan los medios internacionales: quién era Orlando Zapata

3. Declaraciones de Raul Castro sobre el fallecimiento del recludo Orlando Zapata

4. Nota de Cubainformación

5. 10 preguntas en torno a la muerte de Zapata

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(tomado de Granma, 27 de febrero de 2010

¿Para quién la muerte es útil?

Enrique Ubieta Gómez

La absoluta carencia de mártires que padece la contrarrevolución

cubana, es proporcional a su falta de escrúpulos. Es difícil morirse

en Cuba, no ya porque las expectativas de vida sean las del Primer

Mundo —nadie muere de hambre, pese a la carencia de recursos, ni de

enfermedades curables—, sino porque impera la ley y el honor. Los

mercenarios cubanos pueden ser detenidos y juzgados según leyes

vigentes —en ningún país pueden violarse las leyes: recibir dinero y

colaborar con la embajada de un país considerado como enemigo; en

Estados Unidos, por ejemplo, puede acarrear severas sanciones de

privación de libertad—, pero ellos saben que en Cuba nadie desaparece,

ni es asesinado por la policía. No existen «oscuros rincones» para

interrogatorios «no convencionales» a presos-desaparecidos, como los

de Guantánamo o Abu Ghraib. Por demás, uno entrega su vida por un

ideal que prioriza la felicidad de los demás, no por uno que prioriza

la propia.

En las últimas horas, sin embargo, algunas agencias de prensa y

gobiernos se han apresurado en condenar a Cuba por la muerte en

prisión, el pasado 23 de febrero, del cubano Orlando Zapata Tamayo.

Toda muerte es dolorosa y lamentable. Pero el eco mediático se tiñe

esta vez de entusiasmo: al fin —parecen decir—, aparece un «héroe».

Por ello se impone explicar brevemente, sin calificativos

innecesarios, quién fue Zapata Tamayo. Pese a todos los maquillajes,

se trata de un preso común que inició su actividad delictiva en 1988.

Procesado por los delitos de «violación de domicilio» (1993),

«lesiones menos graves» (2000), «estafa» (2000), «lesiones y tenencia

de arma blanca» (2000: heridas y fractura lineal de cráneo al

ciudadano Leonardo Simón, con el empleo de un machete), «alteración

del orden» y «desórdenes públicos» (2002), entre otras causas en nada

vinculadas a la política, fue liberado bajo fianza el 9 de marzo del

2003 y volvió a delinquir el 20 del propio mes. Dados sus antecedentes

y condición penal, fue condenado esta vez a 3 años de cárcel, pero la

sentencia inicial se amplió de forma considerable en los años

siguientes por su conducta agresiva en prisión.

En la lista de los llamados presos políticos elaborada para condenar a

Cuba en el 2003 por la manipulada y extinta Comisión de Derechos

Humanos de la ONU, no aparece su nombre —como afirma, sin verificar

las fuentes y los hechos, la agencia española EFE—, a pesar de que su

última detención coincide en el tiempo con la de aquellos. De haber

existido una intencionalidad política previa, no hubiese sido liberado

once días antes. Ávidos de enrolar a la mayor cantidad posible de

supuestos o reales correligionarios en las filas de la

contrarrevolución, por una parte, y convencido por la otra de las

ventajas materiales que entrañaba una «militancia» amamantada por

embajadas extranjeras, Zapata Tamayo adoptó el perfil «político»

cuando ya su biografía penal era extensa.

En el nuevo papel fue estimulado una y otra vez por sus mentores

políticos a iniciar huelgas de hambre que minaron definitivamente su

organismo. La medicina cubana lo acompañó. En las diferentes

instituciones hospitalarias donde fue tratado existen especialistas

muy calificados —a los que se agregaron consultantes de diferentes

centros—, que no escatimaron recursos en su tratamiento. Recibió

alimentación por vía parenteral. La familia fue informada de cada

paso. Su vida se prolongó durante días por respiración artificial. De

todo lo dicho existen pruebas documentales.

Pero hay preguntas sin responder, que no son médicas. ¿Quiénes y por

qué estimularon a Zapata a mantener una actitud que ya era

evidentemente suicida? ¿A quién le convenía su muerte? El desenlace

fatal regocija íntimamente a los hipócritas «dolientes». Zapata era el

candidato perfecto: un hombre «prescindible» para los enemigos de la

Revolución, y fácil de convencer para que persistiera en un empeño

absurdo, de imposibles demandas (televisión, cocina y teléfono

personales en la celda) que ninguno de los cabecillas reales tuvo la

valentía de mantener. Cada huelga anterior de los instigadores había

sido anunciada como una probable muerte, pero aquellos huelguistas

siempre desistían antes de que se produjesen incidentes irreversibles

de salud. Instigado y alentado a proseguir hasta la muerte —esos

mercenarios se frotaban las manos con esa expectativa, pese a los

esfuerzos no escatimados de los médicos—, su nombre es ahora exhibido

con cinismo como trofeo colectivo.

Como buitres estaban algunos medios —los mercenarios del patio y la

derecha internacional—, merodeando en torno al moribundo. Su deceso es

un festín. Asquea el espectáculo. Porque los que escriben no se

conduelen de la muerte de un ser humano —en un país sin muertes

extrajudiciales—, sino que la enarbolan casi con alegría, y la

utilizan con premeditados fines políticos. Zapata Tamayo fue

manipulado y de cierta forma conducido a la autodestrucción

premeditadamente, para satisfacer necesidades políticas ajenas. ¿Acaso

esto no es una acusación contra quienes ahora se apropian de su

«causa»? Este caso, es consecuencia directa de la asesina política

contra Cuba, que estimula a la emigración ilegal, al desacato y a la

violación de las leyes y el orden establecidos. Allí está la única

causa de esa muerte indeseable.

Pero, ¿por qué hay gobiernos que se unen a la campaña difamatoria, si

saben —porque lo saben—, que en Cuba no se ejecuta, ni se tortura, ni

se emplean métodos extrajudiciales? En cualquier país europeo pueden

hallarse casos —a veces, francas violaciones de principios éticos—, no

tan bien atendidos como el nuestro. Algunos, como aquellos irlandeses

que luchaban por su independencia en los años ochenta, murieron en

medio de la indiferencia total de los políticos. ¿Por qué hay

gobernantes que eluden la denuncia explícita del injusto confinamiento

que sufren Cinco cubanos en Estados Unidos por luchar contra el

terrorismo, y se apresuran en condenar a Cuba si la presión mediática

pone en peligro su imagen política? Ya Cuba lo dijo una vez: podemos

enviarles a todos los mercenarios y sus familias, pero que nos

devuelvan a nuestros Héroes. Nunca podrá usarse el chantaje político

contra la Revolución cubana.

Esperamos que los adversarios imperiales sepan que nuestra Patria no

podrá ser jamás intimidada, doblegada, ni apartada de su heroico y

digno camino por las agresiones, la mentira y la infamia.

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Lo que ocultan los medios internacionales: quién era Orlando Zapata

Orlando Zapata Tamayo, de 42 años, no forma parte de los mercenarios

que fueron juzgados en marzo del 2003 (no es uno de los 75).

Cumplía una sanción conjunta de privación de libertad de 25 años,

después de haber sido sancionado en el 2004, a tres años, por Desorden

Público, Desacato y Resistencia. Su historial delictivo es el de un

delincuente común.

Desde julio de 1990, fue procesado y condenado en reiteradas ocasiones

por delitos comunes, entre ellos por Alteración del Orden, Daños,

Resistencia, dos cargos de Estafa, Exhibicionismo Público, Lesiones y

Tenencia de Armas Blancas. Ya en cumplimiento de la sanción de

privación de libertad, fue sancionado varias veces por Desorden en

Establecimiento Penitenciario y Desacato.

En el 2001, se vincula a la contrarrevolución, contactado entre otros

mercenarios por Oswaldo Payá Sardiñas y Marta Beatriz Roque.

En el 2003, ingresa nuevamente en prisión y a partir de entonces

protagoniza varias acciones violentas en ella, agrediendo físicamente

a funcionarios penitenciarios. Se negó en reiteradas ocasiones a

consumir los alimentos del penal y solo consumía los alimentos que

recibía de sus familiares.

Se declaró en huelga de hambre el 18 de diciembre de 2009, negándose a

recibir asistencia médica. No obstante, fue trasladado primeramente al

Puesto Médico del penal, posteriormente, al Hospital Provincial de la

ciudad de Camaguey, y después al Hospital Nacional de Reclusos de La Habana.

En todos los lugares, se le realizaron estudios clínicos y se le

prestó toda la asistencia médica necesaria, incluida terapia

intermedia e intensiva y alimentación voluntaria por vía parenteral

(endovenosa) y enteral (mediante levín) y se le garantizaron todos los

medicamentos y tratamientos necesarios hasta su fallecimiento, lo cual

fue reconocido por su propia madre.

El 3 de febrero, presentó fiebre que desapareció en 24 horas.

Posteriormente, se le diagnosticó una neumonía que se trató con los

antibióticos y procedimientos más avanzados. Al comprometerse ambos

pulmones, fue asistido con respiración artificial hasta su muerte.

Después de su ingreso al establecimiento penitenciario, la madre de

Zapata Tamayo, Reyna Luisa Tamayo, se vinculó a actividades de grupos

contrarrevolucionarios, por las cuales recibía dinero de

organizaciones contrarrevolucionarias que actúan en territorio de

Estados Unidos como la Fundación Nacional Cubano Americana.

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DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS

RAÚL CASTRO RUZ SOBRE EL FALLECIMIENTO DEL RECLUSO ORLANDO ZAPATA

TAMAYO, MARIEL, 24 DE FEBRERO DE 2010

Lo lamentamos mucho.

Fue condenado a tres años pero en la cárcel cometió delitos, se le

incrementó la sanción. Luego, se le llevó a los nuestros mejores

hospitales. Murió, lo lamentamos mucho.

Desgraciadamente, en esta confrontación que tenemos con los Estados

Unidos, hemos perdido miles de cubanos, sobre todo víctimas del

terrorismo de Estado. Entre muertos y discapacitados, han sido

alrededor de 5 mil, sin contar otros miles de heridos que llegaron a

restablecerse, incluyendo diplomáticos que fueron también asesinados

en el extranjero e incluyendo desaparecidos en otros países.

El día que los Estados Unidos decidan convivir en paz con nosotros, se

acabarán todos esos problemas y superaremos muchos otros problemas.

Sencillamente tenemos que acostumbrarnos a vivir respetándonos unos a otros.

Ellos dicen que quieren discutir con nosotros y estamos dispuestos a

discutir con el gobierno norteamericano todos los problemas que

quieran; repetí tres veces, en el Parlamento, todos, todos, todos.

Las discusiones no las aceptamos si no son en absoluta igualdad de

ambas partes. Ellos pueden indagar o preguntar de todas las cuestiones

de Cuba, pero nosotros tenemos derecho de preguntar de todos los

problemas de los Estados Unidos.

No le reconocemos a ningún país por poderoso que sea, ni a un conjunto

de países como podría ser la Unión Europea, derecho a inmiscuirse en

nuestros asuntos internos. No obstante, estamos dispuestos a discutirlo todo.

En medio siglo, aquí no hemos asesinado a nadie, aquí no se ha

torturado a nadie, aquí no se ha producido ninguna ejecución

extrajudicial. Bueno, aquí en Cuba si se ha torturado, pero en la

Base Naval de Guantánamo, no en el territorio que gobierna la Revolución.

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CUBADEBATE

jueves, 25 de febrero de 2010

Guillermo Nova, corresponsal de Cubainformación en La Habana.- Pese a

los esfuerzos de los médicos por evitarlo, la lamentable muerte de

Orlando Zapata ha agitado a una oposición no acostumbrada a llevar

hasta el final sus pulsos al gobierno pero sobre todo carente de mártires.

Atrás quedan en el recuerdo aquellas huelgas de hambre en las que se

comía a escondidas, o incluso se pasaba por la batidora trozos de

carne para hacerlos aparentar por zumo ante los medios de prensa, esos

mismos que lo hacían son los que hoy le lloran, porque en un país sin

torturas ni muertes extrajudiciales, necesitaban un mártir en el que

arroparse y llevaron a Zapata hasta al desfiladero para mostrarlo como

trofeo colectivo.

En huelga de hambre por un teléfono

En diciembre Zapata comenzó una huelga de hambre pidiendo unas mejoras

carcelarias, como tener una cocina y un teléfono personal en su celda,

cosas que no se tienen en ningún centro penitenciario del mundo y para

ello hizo un pulso que no podía ganar.

Reacciones

Entre las reacciones al fallecimiento se han realizado denuncias de

supuestas detenciones a lo largo del día, para evitar que los

opositores puedan llegar a Banes, ciudad donde se realizará el

entierro, entra en contradicción con que Martha Beatriz Roque, miembro

del grupo de los 75 y con una licencia extrapenal por motivos de

salud, partió desde La Habana hacia Banes en un microbús en compañía

de una decena de Damas de Blanco y Vladimiro Roca. Roque incluso

aseguró telefónicamente al diario El País que no habían tenido

problemas de movilidad o que se les hubiese impedido viajar afirmando

que se encontraban de camino al lugar.

Los grupos anticastristas reciben más de 40 millones de dólares de los

presupuestos de Estados Unidos, pero luego sus reivindicaciones tienen

nula repercusión social en Cuba y en el ámbito internacional son

obviadas por los mandatarios, llegando incluso a no ser invitados

desde hace tiempo a la propia Sina.

Prueba que la oposición clásica tiene cada vez menos credibilidad es

que el apoyo cada vez es mayor a la llamada ciberdisidencia que tiene

a la bloggera cubana Yoani Sánchez como máxima estrella, la cual no ha

desaprovechado la ocasión para hacer una moviola del caso con

declaraciones de la madre del fallecido en su blog.

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CUBADEBATE

10 preguntas en torno a la muerte de Zapata

jueves, 25 de febrero de 2010

http://cambiosencuba.blogspot.com

1-¿A quien beneficia la lamentable muerte de Orlando Zapata Tamayo?

2-¿Por qué se desconoce el prontuario de delitos comunes de Orlando

Zapata Tamayo y se le asigna la categoría de Preso Político”.?

3-¿Por qué razón ninguna organización contrarrevolucionaria del

exterior y de los grupúsculos internos, conminó a Orlando Zapata para

que abandonara la huelga?

4-¿Es verdad que cuando el contrarrevolucionario Guillermo Fariñas

protagonizó una huelga, se le trató de convencer de que abandonara su

postura con el argumento de era más útil vivo que muerto?

5-¿Por qué ahora no se hizo lo mismo?¿Es cierto que las transmisiones

de las emisoras subversivas contra Cuba incentivaron la huelga?

6-¿Es cierto que los analistas de la mal llamada Radio Martí

sostuvieron en sus análisis que la muerte de Orlando Zapata tendría un

alto costo político para las autoridades cubanas?

7-¿Es verdad que la muerte de Orlando Zapata se inserta en los planes

para propiciar la unidad en la atomizada contrarrevolución?

8-¿Qué explica que las autoridades de salud cubana en marzo del 2009,

le salvaran la vida a Orlando Zapata al extraerle una tumoración en el cerebro?

9-¿Puede un ser humano con un organismo afectado de anteriores eventos

de huelga, sobrevivir 85 días, sin una esmerada atención médica?

10-¿Cuántos niños a esta hora y este hipócrita mundo habrán fallecido

de hambre, sin haber tenido ni tan siquiera el derecho a optar por la huelga?

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