Semblanza y un adiós con lágrimas por Mercedes Sosa

La Guirnalda Polar.- La plaza de Tlatelolco estaba llena a reventar, no cabía ni un clavo y todavía faltaba la llegada de la marcha que, desde el Zócalo y otros lados de la ciudad había partido ya desde hacía un rato. Desde temprano nos habíamos reunido para organizar la parte artística del 20 aniversario conmemorativo del Movimiento Estudiantil Popular del 68 y era el 2 de octubre de 1988. Acababa de ocurrir el fraude electoral más escandaloso del entonces todopoderoso partido de estado del PRI que llevó al poder de la Presidencia de la República al vulgar agente de la CIA «Lintempo 8», llamado Echeverría Alvarez, el reconocido y todavía impune genocida de la plaza que ya les habíamos arrebatado para 1988. Éramos la Corriente Cultural del Maíz Rebelde y junto con otras organizaciones de artistas y trabajadores de la Cultura como el Comité Mexicano de la Nueva Canción, la Comisión Cultural de la UVyD 19 de Septiembre y CLETA convocamos a la población a que se desbordara con arte y cultura desde temprano para tomar la Plaza de las Tres Culturas, antes del acto político. Nos encargamos de organizar las actividades de Literatura y Pintura, y ya habían desfilado poetas como Germán Listz Arzubide, una de las cabezas del Grupo de Los Estridentistas, mexicano pero nombrado comandante por el ejército de Sandino por sus heroicos apoyos a los libertadores de Nicaragua. También había leído su poesía Carmen de la Fuente y se encontraban cantautores legendarios de la izquierda mexicana como José de Molina y León Chávez Texeiro. Y de pronto la amiga de poetas, esposa de poetas, cantora de poetas, ya famosa por su interpretación de «Alfonsina y el Mar», dedicada a la muerte de la poetisa Alfonsina Storni, y muchas otras canciones de Latinoamérica y la Izquierda Internacional, que ya había sufrido exilio y enfrentado tiranos como Pinochet, se encontraba sin hacer aspavientos «La Negra» Mercedes Sosa. Se había hecho un espacio para asistir a cantarle al pueblo y las organizaciones de izquierda ahí reunidas en una fecha importante, de forma generosa, porque se había enterado que había un acto cultural de izquierda con miles de mexicanos reunidos. Tenía programado un recital en el Auditorio Nacional donde sus admiradores la esperaban y habían pagado boleto y ella se nos entregaba abierta y generosa en su canto colmado de poesía en la Plaza de las Tres Culturas. Inmediatamente se le presentó ante el micrófono central y a capela nos conmocionó con su arte. Al final la presenté con el poeta Leopoldo Ayala y cuando juntaban sus manos los tomé a los dos, también de las manos, para que no se separaran, emocionado por estar entre dos maestros de poetas. Así te recuerdo Mercedes Sosa y así te quiero recordar con tu canto poderoso y terrenal, cantándole a capela al pueblo mexicano y a los pueblos del mundo, con una lágrima y un adiós militante.