México: Marcha pacifista por la seguridad ciudadana

MARCHISTAS PACIFISTAS
Por José Luís Hernández Jiménez

No se ustedes, estimados cuatro o cinco lectores (as), pero yo sigo algo alicaído, por tanto acontecimiento deprimente.
Primero no me invitaron a la Boda Real entre el Príncipe Memo y su Princesa Cata (que ya ni el anillo de bodas le cabía a su gordo dedo anular), ambos dos de Gran Bretaña, llevada al cabo, como un cuento de hadas de la era medieval, el viernes 29 de abril. Tuve que resignarme a ser uno de los ¡2 mil millones! de mortales del planeta, que vimos, tamaño espectáculo, por tele.
Luego me enteré que tampoco estaba invitado al Vaticano, ese reino para el más allá pero que opera y se enriquece en el mas acá, a la beatificación de don Karol Wojtila, mejor conocido como Juan Pablo II, el sábado 30 de abril. Ahora fui de los ¡3 mil millones de terrícolas pecadores!, y que probablemente, nunca estaremos considerados para una lista de posibles beatos, que vimos dicho protocolo, por televisión.
Y el mero domingo uno de mayo, por la noche, me entero que soy uno de los ¡6 mil millones de discriminados!, que solo por la tele fuimos informados por el tal Obama, Presidente de los USA, de la conclusión exitosa de su “Operación Jerónimo”. Operación que consistió en haber mandado a un pelotón de 25 “rambos” (no recuerdo el nombre oficial de esos militares de elite) a matar a sangre fría, dizque para hacer justicia, y en su mero escondite de Pakistán, a Osama Bin Laden, enemigo público número uno de los propios USA y cuarto ente que pudo atacar territorio norteamericano (el primero fue Joaquín Murrieta, el segundo fue Pancho Villa y el tercero los japoneses en Pearl Harbor). Lo único que me consuela es saber que el gobierno gringo, tampoco le avisó de dicha Operación, al gobierno de Pakistán.
Dicha Operación bien pudo llamarse “Operación Todo se Vale”. Porque si al Presidente de los EUA, se le ocurre aplicarla en México, por ejemplo, para mandar otros 20 “rambos” a matar y luego echar al Mar de Cortés, al Chapo Guzmán, otro enemigo público de ellos, y sin avisarle al gobierno mexicano, bien podría llamarse “Operación Toro Sentado”.
Para colmo y para que mi depre sea mas grande, me estoy dando cuenta que a unas horas de que el PRD – ¡mi Partido, lo que han dejado de él, ay de mi! – cumpla 22 años de vida loca, ¡no me ha llegado la invitación oficial para la fiesta correspondiente! ¡Quien me manda ser tan criticón de su obvio deterioro!
Me consuela saber que algunos de los sí invitados – Cárdenas, el Peje, Gobernadores, etc., etc. – a la fiesta, la van a desairar. Dicen que los únicos confirmados de asistir al guateque, son el Jefe de Gobierno del DF, que ahora le da por andar vendiendo las calles de la capital, y el flamante nuevo Gobernador de Guerrero, al que le dicen el Mago pues apenas tomando posesión de cargo, ya desapareció el expediente del expresidente del Congreso Local, asesinado hace algunos meses.
Lo que no me consuela es enterarme del tipo de celebración del PRD: será en la explanada del Monumento a la Revolución, en el DF, a las 18 horas, este 5 de mayo. Colocarán un cableado rodeando un área, en la que habrá sillas, a la que solo podrán entrar invitados especiales. La chusma no. ¡Y pensar que algún día, hace no mucho, el PRD fue un Partido “abierto a la sociedad”, “cercano a la gente” y “primero los pobres”, y demás palabrería, ah! Si algún día regreso a su seno, voy a tener que arribar con un látigo para correr a tanto comerciante que se ha apoderado de él…
Por eso, para la Marcha que convoca Javier Sicilia, Fernando Marti, Isabel Miranda, Emilio Álvarez Icaza y otros personajes, para el domingo 8 de mayo, que culminará en el zócalo del DF, no espero invitación cromada y con moño. Simplemente acudiré. Si dicen que van a asistir un montón de organizaciones de la llamada Sociedad Civil, el Subcomandante Marcos, los fieles de una tal Morena, pues entonces un ciudadano común y corriente como lo es un servidor, tendrá que acudir. Al cabo es para exigir que haya Paz y Justicia en el país, que se acabe con la inseguridad y la delincuencia, para que los funcionarios funcionen y para que la clase política mexicana toda, se deje de tonterías y se ponga de acuerdo entre sí, para que tengamos un país seguro al 100 por ciento. Al cabo no será una manifestación para “marchistas leninistas”, sino para marchistas pacifistas. ¿Vamos?
Y desde ahora va un abrazo para todas esas que les dicen Jefas y que son las que mandan en cada hogar mexicano, por su día, el mero día 10.

México D. F. a 4 de mayo del 2011.

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