Ciudad de México: PROTOCOLO O ATENCION A LOS PROBLEMAS SOCIALES , por José Jiménez

PROTOCOLO O ATENCION A LOS PROBLEMAS SOCIALES

Por José Jiménez

Como una decisión errónea de reacción se recibe y entiende la publicación del 25 de marzo en el número 1569 de la Gaceta Oficial del Distrito Federal, a titulo de la Secretaría de Seguridad Pública, y aplicación en los hechos del Acuerdo 16/2013 por el que se expide el Protocolo de Actuación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal para el Control de Multitudes.

Se entiende como reacción a los hechos sucedidos del 1 de diciembre con la toma de protesta del titular de la presidencia de la república ante el Congreso de la Unión en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Hechos que exhibieron complicaciones por todos lados y actuaciones sin tino del gobierno en la ciudad de México, que si en ese momento se encontraba en un transito con compas de tiempo de cinco días no justificaba querer “servir” siendo excesivamente “los más papistas”, de los titulares de los cuerpos de seguridad pública, aquí puede entenderse la premiación a quien dirige hoy desalojos de las carreteras del estado de Guerrero, o en sus decisiones de hacerlo también a patadas, como lo expreso ante otra manifestación hace unos años.

En aquellos hechos se acusaron diferentes participaciones, sin embargo poca atención se puso al descontento que permeaba a toda la sociedad por actos reprobables que sustentan ese ceremonial protocolario de legitimación del poder ejecutivo, no poca cosa; así como a la provocación de hecho, si se filmo a sujetos en directo y en vivo, por qué se fue tan poco eficaz al dejarlos ir, detener a otros que por tiempo y espacio no tenían ninguna relación ni responsabilidad.

A todo se da a entender que con este instrumento se busca la justificación para actuar frente a las demandas sociales, políticas, económicas y culturales; se tiene también implícitamente buscar recuperar el contento de sectores empresariales nativos que se rasgan vestiduras ante imágenes en que se destruyen fachadas de empresas transnacionales.

En los diferentes espacios de expresión en los que se ha tenido oportunidades de acceso hemos defendido el derecho de manifestación y expresión libre de las ideas, aunque no sean favorables o agradables, tanto en la tribuna legislativa como en el espacio público, así como en la mesa de discusión, en el espacio escrito o en el programa de radio; señalamos que limitar este derecho universal, constitucional y republicano es desplazarse a la derecha y al conservadurismo, cosa normal en gobiernos neutros o de derecha, situación a criticarse en gobiernos que se dicen de izquierda.

Las definiciones que señala el ACUERDO 16/2013 y por el que se expide el protocolo de actuación policial van de lo impreciso a lo desafortunado, lo que muestra una forma de ver las cosas y que muchas veces no conduce a las actuaciones adecuadas o provoca un mayor costo. Tenemos así que la forma en que se dan los significados de Arenga,Asamblea, Bloqueo, Concentración, Manifestación, Marcha, Mitin, Motín, Orden público, Plantón, puede traer complicaciones más que soluciones.

Así al caso y con fundamento en los artículos sexto, séptimo, octavo y noveno constitucional, que expresan los derechos de expresión, información, petición, asociación, reunión y protesta, nos permitimos a señalar que ese referido protocolo es anticonstitucional, regresivo y criminalizador por que solo ofrece el uso de la fuerza publica como atribución del estado para “hacer valer, hacer respetar los derechos de toda la ciudadanía”, cuando debería ofrecer diálogo efectivo y atención a las demandas políticas, económicas y sociales, ya que la manifestación es un efecto de causas más complejas.

En estos días se presentan dos elementos con los que se forma hoy y s dio un perfil de izquierda en el pasado proceso electoral, el derecho de manifestación y los programas sociales. En el primero con el llamado protocolo de control de multitudes y el segundo con la desaparición y compactación de programas sociales, con justificaciones que no alcanzar a convencer o no han sido lo suficientemente explicadas.

Señalamos que no se debe criminalizar toda expresión de descontento social, no se debe caer en un discurso ciego de uso de la fuerza de la legalidad para justificar la represión; la policía debe de defender y garantizar el derecho a la manifestación, no reprimir la manifestación, la manifestación es efecto de una causa y como actitud de izquierda se debe ir a las causas y no a los efectos.

En twitter ante el uso ciego de la fuerza a una expresión de demandas sociales, educativas y laborales, de los maestros para ser claros, un connotado panista golpeador a derechos sindicales expreso: “así debe ser. Con apoyo a derechos sin titubeo”.

Es necesario ver el asunto, debido a que vienen días de intenso calor que pondrán estos elementos a prueba.

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